Domingo, 9 de noviembre de 2008 | Hoy
SANTA FE › LA POLéMICA CON LA IGLESIA Y EL MINISTERIO DE SALUD
Lo dijo la diputada Augsburguer por el entredicho entre el ministro de Salud y el obispo de Santa Fe, sobre si un médico debe denunciar o no a una mujer que llega con un aborto en curso.
Por Paula Kearney
La polémica sobre el aborto que despertó los dichos del ministro de salud Miguel Angel Cappiello la semana pasada cuando dijo que los médicos "no tienen ninguna obligación de denunciar" a las mujeres que llegan a los hospitales públicos con un aborto incompleto, y la respuesta que suscitó en el arzobispo de Santa Fe, José María Arancedo, quien se mostró preocupado porque "esto venga de una autoridad que tiene la responsabilidad del bien común", advirtió que "el aborto no es negociable" y convocó a los profesionales a "que no se dejen llevar por eso", sacó a la luz otra vieja polémica: ¿Qué pertinencia tiene la Iglesia para opinar sobre lo que deben hacer o no los médicos de los hospitales públicos?
"Como todo sector de la sociedad puede opinar. El que no debe dejarse presionar por un dicho de un funcionario de la jerarquía eclesiástica es el médico que está atendiendo y que lo único que debe hacer es atender la salud de las personas que llegan a ese efector público, que es la tarea para la que está designado", respondió la diputada nacional socialista por Santa Fe, Silvia Augsburger, quien es autora del proyecto de despenalización del aborto que apoyó Cappiello.
En el mismo sentido se manifestó el prestigioso ginecobstetra Walter Barbato, quien fue titular de la cátedra de Ginecología y Obstetricia de la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad Nacional de Rosario y a lo largo de su carrera ha trabajado en varios hospitales públicos de la ciudad: "La obligación primera del médico es hacia su paciente. Es decir, contenerla psicológicamente -él o el equipo- tratarle los problemas por los cuáles viene, que no son banales, son problemas en los que está en riesgo casi siempre la vida de la mujer. Por eso está lo que se llama el componente por aborto de la mortalidad materna, que es que la tercera parte de las muertes maternas en este país son por complicaciones de aborto".
En la misma línea, Augsburger remarcó que "la prioridad y la única responsabilidad del médico es atender la salud de la mujer y de ningún modo tiene alguna responsabilidad sobre la situación que la llevó a esa mujer a recurrir al hospital. Incluso sobre esto ya existe jurisprudencia en la Argentina, adonde casos como estos han llegado a la justicia y se han resuelto en este sentido. La prioridad de quienes están en un efector público es preservar la salud de esa mujer".
Según Barbato, "eso tiene un sustento que es que los médicos tienen obligación del secreto profesional. Esa obligación surge no sólo del Juramento Hipocrático sino también de los códigos de ética -que hay varios en nuestro país y a nivel internacional- que dejan muy clara la obligación del médico de respetar el secreto profesional en todo sentido, y no excluye esta situación de la mujer que se hace un aborto".
Asimismo, explicó que "no es menos importante el aspecto psicológico, porque la mujer no viene de una fiesta, viene de una situación que a ella le ha llevado sin ninguna duda bastante tiempo elaborarla y resolverla. A esa paciente sería una barbaridad desde el punto de vista médico denunciarla para que esté sometida a todo lo que después puede llegar a venir más todo lo que ella está pasando en su salud afectiva, psicológica, etc.".
Otro de los puntos en cuestión es derecho a la vida. "Hay detrás de esto una discusión filosófica, porque vida existe siempre en cualquier célula humana", explicó el médico y ejemplificó: "un óvulo de una mujer o un espermatozoide de un hombre es vida, aunque no estén unidos. Por supuesto que unidos también constituyen una célula que tiene vida. Ahora, de ahí en más empieza una etapa que es muy filosófica y que la Iglesia discutió durante centurias de años sobre cuándo un embrión o un feto es persona y tiene entidad como ser humano".
Al respecto, aseguró: "Si en última instancia -no quiero entrar en discusiones filosóficas porque no estoy preparado para eso- hay una colisión de intereses, yo priorizo el interés de la persona que tengo delante mío, que es una mujer, que se llama tal y tal, que tiene tantos hijos, que tiene tantos años, que no quiere tener un embarazo. Priorizo esa situación, priorizo a esa mujer y le doy más derecho a ella que al embrión que ella pueda estar anidando porque tuvo un embarazo no deseado y que de todas maneras todavía no era un ser humano".
© 2000-2022 www.pagina12.com.ar | República Argentina | Política de privacidad | Todos los Derechos Reservados
Sitio desarrollado con software libre GNU/Linux.