El faltazo general de los legisladores del socialismo dejó ayer en un segundo plano la reunión de intendentes y presidentes comunales del Frente Progresista hegemonizada por la UCR, a la que se sumaron otros aliados como el PDP y el SI. El único socialista fue el intendente de Rosario, Miguel Lifschitz, que se atajó con el clásico no sabe/no contesta antes que aceptar las diferencias públicas. "No hay que hacer lecturas políticas", recomendó Lifschitz cuando Rosario/12 preguntó cómo explicaba la ausencia de sus compañeros de partido. Sin embargo, un diputado radical admitió el enojo de sus socios políticos, aunque trató de bajarle el tono. "Hubo alguna manifestación de molestia por la organización, pero no es una diferencia de fondo", se consoló Darío Boscarol.

Los intendentes y presidentes comunales del Frente Progresista volvieron a reunirse ayer a instancias del anfitrión, Mario Barletta, a quien los radicales imaginan como el sucesor de Hermes Binner, en la Casa Gris, en 2011. Barletta eligió un centro de convenciones Vip, a metros del casino de Santa Fe, para agasajar a sus invitados: 15 intendentes, 80 presidentes comunales y los legisladores de la UCR, el PDP y el SI. Ausentes sin aviso: los diputados socialistas, acaso porque ya olfatean la campaña de Barletta.

Lifschitz no se sumó al faltazo, pero fue el último en llegar. Una pregunta sobre los ausentes lo abarajó en la puerta. Y se hizo el desentendido. "No sé de qué me hablan", dijo.

Ya a la mañana, el ministro de Gobierno, Antonio Bonfatti, había anunciado tres medidas para arrimar plata fresca a los municipios: el reintegro del Fondo de Emergencia Educativa del año 2010 (que había sido reclamado por los intendentes del Frente en su primera reunión a fines de abril), un anticipo de coparticipación para el pago de sueldos ("una especie de FUCO de las cuentas municipales", dijo) y la liquidación del Fondo de Obras Menores de 2009 en el primer semestre de este año.

Los anuncios fueron bien recibidos por los radicales. "Ahora, lo que hay que hacer es que plasmar estas medidas en un texto legislativo, que el reintegro del Fondo de Emergencia Educativo quede establecido por ley", sugirió el diputado Boscarol.

La reunión concluyó con un documento de cuatro puntos que vuelve sobre la fallida reforma tributaria, que ya fracasó tres veces en la Legislatura. "No nos damos por vencidos", ironizó Boscarol. "Vamos a reinstalar la discusión sobre la necesidad de cobrarle el impuesto a los ingresos brutos a industrias que facturan por encima de 30 millones y a las empresas agropecuarias que facturen por encima de 50 millones. Y poner en funcionamiento la comisión especial de evaluación creada cuando se sancionó la ley del Fondo de Emergencia Salarial".

¿Por qué no vinieron los legisladores socialistas? -insistió este diario.

Habría que preguntarle a ellos, hubo una manifestación de molestia vinculada a la organización, pero no es una diferencia de fondo. No genera dificultades en el Frente.

El único que vino fue Lifschitz que quedó 100 a 1.

Bueno, esa la relación que hay entre los municipios que gobierna un partido y el otro -apuntó Boscarol.

El intendente de Rosario no lo escuchó para refutar con la cantidad de habitantes que gobiernan unos y otros. Y volvió a explicar el faltazo de los socialistas en una cuestión de protocolo. "Debe ser algún tema de coordinación de las invitaciones. Esto había surgido como una reunión de intendentes y a último momento se sumaron legisladores. No creo que haya que hacer ninguna lectura política", pidió. Y ponderó el documento final de la reunión. "Es bueno porque sintetiza con claridad las coincidencias y plantea los desafíos que tenemos por delante. Me parece que es una muestra de unidad del Frente Progresista en toda la provincia. Hubo un buen clima en la reunión, muchas coincidencias en los planteos", concluyó Lifschitz.