El ministro de Seguridad de la provincia, Alvaro Gaviola, quedó ayer en la picota. Una marcha del Sindicato de Choferes de Taxis hasta la Casa de Gobierno reclamó la renuncia del funcionario y exigió Hermes Binner medidas urgentes para contener una ola de violencia en la ciudad de Santa Fe, que ya dejó un taxista muerto en julio y varios heridos graves en las últimas semanas, entre ellos uno al que le amputaron tres dedos y otro al que dispararon en una mano, sin contar los que sufren simulacros de fusilamiento. El gobernador se negó a recibir a los dirigentes del gremio y ratificó en su cargo a Gaviola, porque "está desarrollando una labor extraordinaria. No podemos aceptar que vengan con la condición de que renuncie un ministro que está cumpliendo plenamente con sus obligaciones", dijo.

Binner tuvo que salir a defender a Gaviola tras otro pico de inseguridad en la capital santafesina, que ayer volvió a movilizar a los peones de taxis hartos de los asaltos a mano armada y este fin de semana sumó dos homicidios más -ya van 70 en lo que va del año y el ataque a una joven de 16 años embarazada, que recibió un disparo de bala en el tórax que se alojó en su columna vertebral. Su bebé nació con un kilo y medio. Y ahora los dos luchan por sus vidas. Ya el 11 de julio, cuando un taxista de 30 años fue ejecutado por la espalda, el crimen desató la protesta airada de sus colegas que cortaron todos los accesos a la ciudad en señal de protesta y reclamaron soluciones al gobierno de Binner que convocó a una mesa de diálogo. Por entonces, las víctimas de asesinatos eran 60, hoy son 70.

Los choferes de taxis llegaron en caravana hasta las puertas de la Casa Gris, donde entregaron un petitorio a Binner. "Le pedimos una audiencia, la renuncia del ministro Gaviola y que se entregue más herramientas a la Policía para salga a trabajar", dijo el secretario general del gremio, Sergio Salva. La espera fue en vano, porque el gobernador no los recibió, mandó a un funcionario de tercera línea, el director de Análisis Criminal del Ministerio de Seguridad, Andrés Ferrato, a conversar con los taxistas.

Más tarde, Binner aclaró que hoy, a las 16, se reunirá en su despacho con los dirigentes de la Sociedad de Taximetristas, que agrupa a los propietarios. Y explicó por qué no recibió ayer a los peones de taxis. "No vamos a dialogar bajo coacción de la renuncia de un ministro", agregó.

Entonces, ¿no va a haber una solución en materia de seguridad? -le planteó un colega.

No hay nada mágico. Hay políticas que se están llevando adelante, que tienen que ver con una historia neoliberal que ha generado esta exclusión social -respondió Binner.

¿Y que le recomienda al ciudadano que salen a la calle?

Que hay que seguir defendiendo, formar consejos barriales, trabajar juntos, que el gobierno va a estar siempre poniendo la cara, escuchándolos. Pero no podemos recibir a gente que coacciona con pedidos de renuncia porque estamos trabajando en esa área y lo hacemos con mucha satisfacción.

En tanto, Salva repudió los dichos de los funcionarios provinciales.

El secretario de Seguridad Pública, Horacio Girardi, dijo que el pedido de renuncia del ministro Gaviola era inapropiado y desmedido.

Parece que Girardi no vive la misma realidad que nosotros, parece que nunca le han gatillado en la cabeza, que nunca le cortaron los dedos, que nunca le mataron un familiar -concluyó Salva.