El llanto desconsolado de una adolescente de 15 años, sentada en el cordón de una vereda en la ciudad de Pérez, alarmó a una vecina de la zona. La mujer se acercó para ofrecerle ayuda y la chica le confesó que "estaba harta" de sufrir abusos sexuales por parte de su padre, durante los últimos tres años. Juntas fueron a la Comisaría de la Mujer, donde la joven denunció al hombre de 48 años, quien fue detenido anteayer, a la salida de su trabajo, y puesto a disposición del Juzgado de Instrucción Nº 12, donde ayer prestó declaración indagatoria. La chica fue inmediatamente atendida por el equipo del Centro de Asistencia a la Víctima, conocido como la Comisaría de la Mujer. La chica se encuentra con "serios" traumas psicológicos.

Por su parte, Mariel Arevalo, titular de la repartición policial, indicó a este diario que tras la denuncia y la intervención del equipo de asistencia, la chica fue entregada a su madre. "En la casa vivían el padre y la madre de la chica, ella y su hermana menor". Además, indicó que "el hombre es legalmente su padre, ya que le dio su apellido, pero no es su padre biológico". También, comentó que la nena tardó tanto en decir lo que le pasaba porque "mantiene su sentimiento de amor hacia el padre, quien malinterpretó el cariño".

Luego de la detención, el abusador fue indagado por Arevalo. "Me dijo que empezó a ver a la nena como una mujer, por las demostraciones de cariño que ella tenía con él". Las repetidas violaciones se dieron "a escondidas" de la madre de la chica, quien "se manifestó sorprendida por la situación".

Entre las primeras acciones, personal médico atendió a la adolescente, quien será sometida a un tratamiento psicológico para que pueda superar el suceso. En tanto, el hombre fue atrapado anteayer, cuando salía de trabajar en la localidad vecina de Pérez, a raíz de la denuncia. Ayer, la jueza de Instrucción Nº 12, Mónica Lamberti, indagó al acusado. En tanto, Arevalo, indicó que "este hombre, lamentablemente, contó su realidad: hace tiempo que sentía que tenía una relación amorosa con la hija", dijo.

Según indicó, "el abusador ejercía una especie de manipulación (con la chica) y tiende a naturalizarse el abuso". El día de la denuncia, "el padre estaba en pleno abuso sexual -mientras la madre de las nenas trabajaba, y la más pequeña dormía-. Cansada, la chica lo empujó, se vistió y salió corriendo a la calle, donde una vecina se le acercó y le ofreció acompañarla a realizar la denuncia". La adolescente comentó además que "en alguna ocasión, cuando ella se dio cuenta que esa situación no correspondía, le reclamó al hombre y él la presionaba diciendo: `¿vos te olvidás que soy tu papá?'", dijo Arevalo.

Consultada por Rosario/12, la psicóloga de la Casa de la Mujer de Rosario, Liliana Pauluzzi, dijo que "según cómo puedan manejar la situación la víctima y su entorno, podrían quedar algunas secuelas: trastornos disociativos, trastornos contra su cuerpo, y también puede no tener relaciones sexuales placenteras" en el futuro, aunque aclaró que la posibilidad es "subjetiva y particular".