SANTA FE › LA MEDIDA DE FUERZA DE UPCN Y ATE SERá CON GUARDIAS MíNIMAS EN HOSPITALES
Maguid le pidió a Binner que "recapacite" y "convoque a una nueva ronda de negociaciones". "El gobierno tiene una recaudación muy superior a la del 2009, es hora de que nos compensen'", dijo el jefe sindical. El plan de lucha podría seguir la semana que viene.
Los gremios estatales UPCN y ATE rechazaron ayer un incremento salarial del 6,3 por ciento más 300 pesos en negro que les ofreció el gobierno de Hermes Binner, volvieron a exigir un aumento del 10 por ciento y anunciaron un paro de 48 horas, el jueves y viernes, para acompañar el reclamo. El comienzo de un plan de lucha que podría seguir la semana que viene si no se reanudan las paritarias: el lunes, habrá asambleas en los lugares de trabajo y el martes a la mañana, otros dos plenarios provinciales que podrían extender la huelga. El jefe histórico de UPCN, Alberto Maguid, le pidió a Binner (ver aparte) que "recapacite y nos convoque a una nueva ronda de negociaciones. Y si no lo hace, Dios dirá cómo sigue esto".
El paro de 48 horas salió por unanimidad y aclamación en los plenarios de UPCN y ATE, que sesionaron en paralelo. El detonante fue el mismo que molestó a los docentes: un aumento magro, combinado con un incentivo de 300 pesos en negro a pagar en tres cuotas: en octubre, noviembre y enero. Pero a diferencia de los maestros que estuvieron muy cerca de rechazar la propuesta oficial, los empleados públicos la desestimaron en bloque y por unanimidad.
Maguid justificó la demanda de los trabajadores a la luz de la recuperación de las finanzas de la provincia. "Cuando la gente está cansada y ha hecho el sacrificio de aceptar una política salarial en el mes de marzo porque la situación de la provincia era alarmante, según lo decían el propio gobernador y el ministro de Hacienda, merece que cuando hay dinero el gobierno compense aquel esfuerzo que hicimos los trabajadores. En marzo, el ministro (Angel) Sciara decía que la situación de la provincia era tan difícil que no podía garantizar el pago de sueldos durante todo el año. Pero, ahora, resulta que el gobierno tiene una recaudación muy superior a la del año 2009 en el orden de los 3.000 millones de pesos, entonces decimos: 'Bueno, es hora de que nos compensen'. Porque aumentó todo, la carne, el pan, las verduras, que es lo que consumen los empleados públicos, por lo tanto, si el gobierno tiene plata, una parte tiene que dársela a los trabajadores", dijo. Y agregó: "Cuando falta el dinero, nosotros tenemos que comprender. Entonces, cuando sobra, ellos tienen que comprendernos a nosotros".
El líder de UPCN atacó también la vuelta de los pagos en negro en el Estado (300 pesos en tres cuotas), pero no sólo como gremialista, sino como ex diputado del PJ y autor de una ley que los prohíbe como parte del salario público. "Le encontraron la trampa a esa ley porque ahora hablan de un incentivo laboral. Esto puede ser legal, pero es una ofensa a los trabajadores y no lo vamos a aceptar", afirmó.
Su colega de ATE, Jorge Hoffmann coincidió que las sumas en negro "distorsionan la escala salarial" de los empleados públicos. Y le pidió al gobernador Binner que reconsidere su propuesta y vuelva a convocar a la paritaria para acordar un aumento del 10 por ciento en el sector público. "Nosotros siempre estamos dispuestos al diálogo en la paritaria y creemos que el gobierno en algún momento tiene que convocarnos. Es una cuestión muy sencilla: queremos llegar a un acuerdo, pero éste tiene que darse en el marco del aumento salarial que estamos pidiendo".
Según Hoffmann, el reclamo del 10 por ciento "es absolutamente razonable". "La Argentina es un país que crece casi al 9 por ciento mensual, entonces no puede ser que no contenga el salario de sus trabajadores. Además, hay otro fenómeno muy particular, que es la inflación en materia de alimentos. Ya en marzo, el costo de la canasta de alimentos había aumentado un 15 por ciento, cuando nosotros estábamos recibiendo el aumento salarial. Es hora de compensar esa diferencia", agregó.
El paro en el sector público será sin concurrencia a los lugares de trabajo, pero con guardias mínimas en los hospitales y dieta seca de emergencia en los comedores escolares. "No podemos dejar a los pacientes sin atención en los hospitales o a los chicos sin comer en los comedores. Para nosotros, las guardias mínimas están más allá de las leyes, decretos y reglamentos, son un gesto de solidaridad de los trabajadores para los que están sufriendo y no tienen otra manera de ser atendidos", explicó Maguid.
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