La Cámara de Casación restituyó el beneficio de la prisión domiciliaria a una mujer santafesina condenada a seis años y tres meses de prisión, para favorecer su vinculación y respetar los derechos de sus dos hijos menores. La Sala Cuarta de la Cámara, con las firmas de los jueces Gustavo Hornos, Augusto Díez Ojeda y Mariano González Palazzo, dispuso la medida a favor de Lorena Guadalupe Melgarejo, a quien le había sido revocado el beneficio porque fue condenada por "tenencia simple de estupefacientes" mientras gozaba de esa situación.

El 21 de enero pasado, el Tribunal Oral en lo Criminal Federal

de Santa Fe revocó el régimen de prisión domiciliaria y dispuso

alojar a la mujer en el Instituto de Recuperación de Mujeres (U 4),

de esa provincia. La medida fue apelada por el defensor público oficial, Fabio Procajlo, quien rechazó las apreciaciones del tribunal, que

consideró a Melgarejo como una "mala madre" y entendió que "el

otorgamiento de la prisión domiciliaria sería contraproducente y no

cumpliría con la finalidad para la que fue estatuida dada la falta de

asistencia y buen ejemplo que la interna ha dado a sus hijos".

La apelación del defensor oficial fue apoyada por la Secretaría

de Derechos Humanos, que señaló que aún en prisión la mujer

"participa animadamente de las actividades escolares de sus hijos y

pese a todas las limitaciones que impone el régimen penitenciario por

el que atraviesa intenta paliar las mismas acondicionando el

espacio que ocupa junto a sus hijos celda de autodisciplina y patio

con juguetes y otros objetos de pertenencia".

El defensor también descalificó por "sorprendente, dogmática,

grave, e incorrecta" la apreciación del tribunal, que consideró

que "el impacto que la cárcel le produce a los chicos no es mayor

que el accionar delictivo de la madre". La apelación insistió en que "no existe motivo alguno para deducir cuál fue el impacto que produjo en los niños que ella haya tenido material estupefaciente, cuando no estaba con ellos en ese momento".

Melgarejo estaba en prisión domiciliaria desde el 22 de octubre

de 2008, y es madre de un niño de un año y cuatro meses y de un

bebé de seis meses. Los jueces de la Casación consideraron que "la situación de encierro compartido por la que atraviesa (el niño mayor) lo sumiría en estados de confusión, angustia y dificultades para conciliar

el sueño, y que estos indicadores subjetivos se hacen presentes

en los momentos de separación tanto de su madre como de su abuela".

Además, valoraron que la celda que comparten la mujer y sus dos

hijos "se presenta con paredes deterioradas (manchas de humedad,

descascarada) con escaso mantenimiento con respecto a la limpieza

e higiene; que tiene una cama de una plaza en la que duermen la

encausada y el niño, y una cuna en donde lo hace la beba, con

estantes que hacen las veces de ropero, sin puertas y con una tela

divisoria donde pueden guardar sus partencias".