Desde Santa Fe

La crisis que detonó Hermes Binner en su gobierno siguió ayer con una escalada de advertencias sobre el impacto que tendrá en la futura gestión del sucesor electo, Antonio Bonfatti. "El Frente Progresista no puede prescindir de la UCR porque la gobernabilidad de la provincia está atada a la participación de todas las fuerzas que lo integran", dijo la vicegobernadora Griselda Tessio. "Si el Frente Progresista no se consolida en Santa Fe vamos a estar en problemas. Los próximos cuatro años no serán un jardín de rosas, no tenemos mayoría en la Legislatura y la situación de los partidos no es la misma que en 2007. Por ende, cualquier daño que se le infrinja al Frente Progresista va a ser un problema de gobernabilidad para Bonfatti", alertó el diputado Darío Boscarol. Mientras que el intendente Mario Barletta sintetizó el planteo en un pedido a Binner: "Las declaraciones del gobernador no ayudan. Lo que necesitamos es prudencia, responsabilidad y generar las mejores condiciones para la próxima gestión de Bonfatti".

La campaña presidencial de Binner y su estrategia de acumular votos a costa del radicalismo en las elecciones del 23 de octubre puede tener sus consecuencias a partir del 11 de diciembre en la provincia, según coincidieron Tessio, Barletta y Boscarol.

Ya se sabe cómo comenzó la pelea. Binner cerró un plenario de su partido con una arenga a sus seguidores: "El siglo XXI es del socialismo, los otros partidos son del siglo pasado", dijo. Y desató la furia de la UCR que lo acusó de "hegemónico" y "desmerecer" a sus socios políticos, en un documento que firmó incluso la vicegobernadora Tessio.

Ayer, Binner le dijo a La Nación que "están haciendo un mundo de nada. ¡Calma radicales!", pidió. "No veo qué tiene de pecaminoso, no lo dije en público sino en una reunión de mi partido, hay que entusiasmar a la gente. Somos dos partidos nacidos en el siglo XIX, el siglo XX fue del radicalismo. ¿Por qué no puedo decir que este siglo será del socialismo?", se defendió.

Tessio discrepó con el gobernador y advirtió que una fractura política tendrá consecuencias en el futuro gobierno de Bonfatti. "El Frente Progresista no puede prescindir del radicalismo porque la gobernabilidad de la provincia está atada a la participación de todas las fuerzas que lo integran, ya que el Frente para la Victoria controlará la Legislatura", dijo desde Catamarca, donde participó en un Encuentro Nacional de Mujeres Jueces de la Argentina. "No queremos ruptura, pero tampoco que nos soslayen en la conducción del Frente Progresista, al que venimos construyendo desde 1995", sostuvo la vicegobernadora. Y agregó: "Por ahora... no hay ruptura".

El diputado Boscarol coincidió que la estrategia de campaña de Binner puede complicar a Bonfatti. "Le hemos pedido a Binner y a Bonfatti que encapsulen la situación de la provincia y no la mezclen con la campaña nacional porque dañaban al Frente Progresista en Santa Fe. Lo peor que puede hacer el gobernador es creer que si le hace daño al Frente en la provincia va a ganar votos en el país. Si Binner quiere crecer, debe hacerlo en otras provincias donde ha sacado muy pocos votos".

"Si el Frente Progresista no se consolida en Santa Fe vamos a estar en problemas. Los próximos cuatro años no serán un jardín de rosas, no tenemos mayoría en la Legislatura y la situación de los partidos no es la misma que en 2007. Por ende, cualquier daño que se le infrinja al Frente Progresista va a ser un problema de gobernabilidad para Bonfatti", apuntó Boscarol.

Barletta compartió las advertencias de sus correligionarios: los desplantes de Binner a la UCR complicarán el gobierno de Bonfatti. "Las declaraciones del gobernador no ayudan. Lo que necesita el Frente Progresista es prudencia, responsabilidad y generar las mejores condiciones para la próxima gestión provincial", dijo el intendente de Santa Fe.

"Lo que ayuda al Frente y a la ciudadanía es gobernar una provincia con responsabilidad. La UCR tiene importancia en el Frente Progresista, no sólo por el volumen de votos, sino por su expresión territorial: de los siete senadores electos, seis son radicales; de los 15 diputados, siete son radicales y de las 20 ciudades gobernadas por el Frente Progresista, 19 tienen intendentes radicales. También se gobierna desde la Legislatura y desde cada intendencia y comuna. Pero nosotros no vamos a plantear que el socialismo no sabe gobernar municipios ni comunas porque a todos nos votaron como representantes del Frente Progresista y eso no lo tenemos que olvidar nunca. Además, no parece conducente plantear (como lo hizo Binner): 'nosotros somos más importantes que ustedes para tal o cual cosa'. Incluso, si hay dificultades, diferencias o problemas son las que habrá que trabajar y discutir entre nosotros", dijo Barletta.

"La verdad que plantear en este momento quién es mejor, más importante o tiene más acciones en el Frente, no ayuda. Y sorprende. Porque el Frente Progresista siempre se caracterizó en el respeto mutuo, más allá de las lógicas diferencias y por algo estamos en partidos diferentes. Pero el objetivo es no avasallar, ni pretender hegemonías. Por lo tanto, alentamos a que el Frente Progresista se vuelva a encauzar dentro de lo que significa una responsabilidad política enorme: gobernar la provincia y haber reunido la voluntad popular para seguir gobernándola. Le pido entonces al gobernador que vuelva a entender cuáles son las necesidades y las urgencias de la provincia y no genere condiciones que perturben un momento complejo de la política porque sabemos que estamos reunidos en el orden provincial, pero en el orden nacional tenemos proyectos diferentes", concluyó Barletta.