La calma de un viernes que recién empezaba en General Lagos se astilló con una decena de balazos que se prodigaron una banda de asaltantes y tres portavalores que arribaban en un camión blindado al único banco del pueblo. La reacción de los custodios terminó con uno de los pistoleros herido de muerte y el resto en fuga. Un rato después, uno de los fugitivos fue detenido en la zona sur de Rosario, cuando abandonaba la camioneta que robó en el pueblo para escapar. Al mismo tiempo, otra camioneta usada para el asalto, y que había sido robada antes en provincia de Buenos Aires, apareció incendiada también en la zona sur.

Hacia las ocho y media de ayer, en el banco Credicoop de General Lagos atendían a los primeros pobladores como un día más. En la calle, un transporte de caudales de la firma Prosegur estacionó frente a la sucursal situada en San Martín y Lisandro de la Torre para cumplir con el clearing de rigor. Una fuente policial anoche dijo que el camión traía "una importante suma de dinero" cuyo monto no quiso precisar.

Los tres custodios no terminaron de descender del vehículo cuando dos hombres -uno vestido con ropas similares a un uniforme policial- los sorprendieron a punta de pistola. Pero los asaltantes tuvieron la sorpresa mayor en la reacción inmediata de los portavalores, que abrieron fuego y se escudaron en el blindado, dispuestos a repeler el atraco. Una kiosquera vecina al banco creyó haber escuchado alrededor de diez balazos seguidos. El hampón que vestía como policía, con chaleco antibalas incluido, quedó al descubierto frente a la culata del camión y perdió para siempre. Uno de los portavalores le acertó un tiro y lo derribó sobre el cordón de la vereda. Murió un rato después. A su lado, la policía secuestró la pistola que había empuñado. También decomisó las ametralladoras de los portavalores.

Anoche, las distintas divisiones de la Unidad Regional II que se ocupaban del caso trataban de averiguar su identidad, puesto que no tenía ninguna documentación consigo. Sólo se consignó que el hombre tenía un corte de pelo bien corto y que su cuerpo no tenía tatuajes, como sí lo suelen tener quienes han tenido algún paso por prisión.

Alrededor todo fue desbande: de los vecinos que espabilaron rápido, y de los cómplices del ladrón fallido, que desaparecieron de la escena. Uno de ellos escapó a la carrera, y aprovechó la costumbre que persiste en los pueblos de dejar los vehículos con la puerta abierta y la llave puesta. Así se apoderó de una van Mercedes Benz Sprinter y aceleró hacia la autopista. Cundió el alerta en el departamento y cerraron filas sobre el puesto de peaje cercano, al sur del pueblo. Pero el fugitivo enfiló hacia Rosario. Aquí las patrullas del Comando Radioeléctrico estaban alertas. Una de ellas detectó la Sprinter cuando la estacionaban en Balcarce y Sánchez de Bustamante. El conductor no se resistió a la detención.

Fuentes policiales señalaron que el presunto delincuente no tenía armas consigo. Tampoco heridas del tiroteo. Lo identificaron como Juan Narciso B., de unos 50 años de edad, y oriundo de la localidad de Lanús Este. En su haber posee antecedentes penales por asaltos contra camiones blindados y también por piratería del asfalto. Anoche se encontraba detenido a cargo de la División Judiciales de la UR II, y a la espera de que la jueza de instrucción nº6, Raquel Cosgaya, lo indague.

En la escena del atraco había al menos un vehículo en el cual escapó otro u otros cómplices. Es que los investigadores no saben aún a ciencia cierta cuántos miembros tenía la gavilla que intentó asaltar el blindado. Estiman que "entre cuatro y cinco" asaltantes. Los investigadores cifran expectativas en las cintas de video de algunas cámaras apostadas en el trayecto que pudieron realizar los fugitivos.