Desde Santa Fe

El ministro de Trabajo de la provincia, Carlos Rodríguez, reveló ayer que el cierre de las plantas de Naranpol, que afecta a unos 500 trabajadores en la provincia, entre ellos 250 que se movilizaron la semana pasada hasta la Casa Gris, "es uno de los casos más difíciles" que le ha tocado en su vida por la intransigencia de sus dueños, los hijos del fallecido ex presidente de la empresa, Carlos Galán. "La flexibilidad de los empresarios es cero o menos cero. Nunca nos tocó un caso de estas características. Yo creo que Galán debe tener ganas de levantarse de la tumba y revisar lo que están haciendo sus hijos", dijo el ministro. Galán falleció en enero de 2010, fue presidente de la Unión Industrial de Santa Fe y compañero de fórmula de Rafael Bielsa, en las elecciones de 2007.

Rodríguez dijo que en la crisis de la empresa Productora Alimentaria SA, que comercializa los productos Naranpol, ya demandó 16 audiencias en el Ministerio de Trabajo, sin resultados. "La vice ministra de Trabajo (Nora Ramírez) está prácticamente consagrada a Naranpol, mañana, tarde y noche. Es uno de los casos más difíciles más difíciles que conocí en mi vida, no sólo en la provincia de Santa Fe. La negociación es muy difícil porque el nivel de flexibilidad (de los empresarios) es cero o menos cero, un número negativo".

"Ayer, hubo una nueva reunión (en la sede del Ministerio, en Rosario), pero no hubo ninguna propuesta de la empresa para buscar una salida a la crisis. "Nosotros insistimos en que presenten un plan de trabajo para saber a dónde apuntan hacia el futuro. Y ellos plantean una cantidad de dinero que necesitarían para reabrir que no tiene nada que ver con una puesta en funcionamiento de la empresa. Nos tiene muy preocupados esta situación. La vice ministra de Trabajo (Nora Ramírez) está prácticamente consagrada a Naranpol, mañana, tarde y noche. Nunca nos tocó un caso de estas características. Yo creo que Galán debe tener ganas de levantarse de la tumba y revisar lo que están haciendo sus hijos", dijo Rodríguez.

Después del fracaso de la audiencia de ayer, el secretario general del Sindicato Unico de Trabajadores de Aguas Gaseosas (Sutiaga), Américo Romero, anunció que el gremio pedirá la quiebra de la empresa para transformarla en una fábrica recuperada.

El lunes, Romero se reunió con el presidente del Movimiento Nacional de Empresas Recuperadas, Luis Caro, en el Ministerio de Desarrollo Social de la Nación, en Buenos Aries. En la entrevista, participó también el presidente del bloque de diputados del Frente para la Victoria, Agustín Rossi.

El planteo del gremio será pedir la quiebra de la empresa por la deuda que mantiene con sus empleados por más de 5 millones de pesos. "La empresa le debe 14 mil pesos a cada uno de los 417 trabajadores y también adeuda los aportes sociales y sindicales desde el año pasado", agregó.

El conflicto estalló en mayo con reclamos en las plantas productoras de la empresa que en junio respondió con 180 telegramas de despidos con causas y luego se presentó una convocatoria de acreedores ante la justicia.