SANTA FE › ENTREVISTA CON RUBéN GALASSI, PERIODISTA, MILITANTE Y MINISTRO DE GOBIERNO DE ANTONIO BONFATTI.
Ya en funciones en un ministerio clave, Galassi asegura que esta administración insistirá con la reforma Constitucional. Critica a Reutemann, Obeid y Perotti cuando dicen que la gestión socialista "tiene mucho de marketing". Para el funcionario, eso es "subestimar al votante santafesino". Galassi asegura que sigue existiendo la corrupción policial, pero que "con el Frente Progresista (FP) lo que sí terminó es la complicidad política".
› Por Luis Bastús
A esta altura, Rubén Galassi ya perdió la tonada cordobesa que asomaba en su hablar pausado. Es inevitable pensar en el periodista de La Capital y LT8 que ha sido, en el director de Comunicación Social de la Municipalidad, en el principal vocero de la gestión socialista, antes de arribar a su condición actual de ministro de Gobierno. El se define, primero, como militante de su partido antes que profesional, comunicador o funcionario. Afirma que desde ese lugar trabajó siempre y que jamás hará otra cosa diferente. La coyuntura de estos días lo llevó a responder sobre el control político de la Policía. Dice que sigue existiendo la corrupción en la fuerza, pero que con el Frente Progresista (FP) lo que sí terminó es la complicidad política. Y recordó que los poderes Legislativos y Judicial deben por ley sumarse al control y no lo hicieron aún.
Galassi distingue el "nuevo mapa" del FP que le permitió al radicalismo ganar espacio en el gabinete. Antepone el diálogo con la oposición como la estrategia de este período, y -como ejemplo- espera que Luis Rubeo consiga que Nación vuelva a enviar a Santa Fe Aportes del Tesoro Nacional.
Adelantó que el gobierno volverá a poner sobre la mesa su intención de reformar la Constitución y el esquema tributario. Por último, le contestó a Obeid, Reutemann y Perotti cuando acusan al gobierno de ser puro marketing: "Subestiman el intelecto de la gente".
-¿Cómo y cuándo se gestó su designación para el Ministerio?
-No hubo un día a partir del cual pasé a ser ministro. Es un proceso en el que se dieron circunstancias que ayudaron a terminar en este lugar. La experiencia de cuatro años como secretario de Comunicación Social y participar del gabinete me permitió conocer la actividad de todo el gobierno, ninguna actividad me ha sido ajena. Me pasaba los lunes en Gabinete y cada uno hablaba de su ministerio y no todos eran partícipes de lo que los otros relataban, pero yo sí por el lugar que ocupaba. Además, el hecho de haber acompañado a Antonio desde que se definió su candidatura afianzó más el vínculo que tengo con él, que se remonta al '95 cuando vino a trabajar a Rosario como secretario de Salud y luego en Gobierno. Siempre tuvimos muy buena sintonía, y él es muy respetuoso de los trabajos que hice en las campañas electorales. Y en tercer lugar, haber sido parte del equipo de Hermes. Me siento parte de un colectivo. Nunca trabajé para ser ministro. Pero se dio la oportunidad de asumir esta experiencia como resultado de un proceso político y personal. Mis funciones públicas y mi actividad militante estuvieron vinculadas con la comunicación, pero lo hice desde lo político. Yo empecé militando, no haciendo un trabajo profesional. No hubiese podido, y jamás trabajaré para alguien que no sea mi partido o los frentes que integre mi partido. Lo mío no es una tarea profesional sino militante, y desde ahí con los años terminé especializándome en comunicación.
-¿Cómo convive el militante, el periodista y el ministro ya con responsabilidad explícita de gobierno?
-Yo trabajé en la actividad privada y en la función pública. Nunca negué mi filiación partidaria, mi ideología, pero nunca trabajé en simultáneo en lo privado y en lo público. Creo haber honrado la profesión porque siempre actué sin ocultar lo que pienso y con profesionalismo. Cuando tuve la oportunidad de ocupar cargos públicos de relevancia lo hice full time, como debe hacerse. Cuando algunos colegas se asombraban al principio, respondía que yo no hablaba como un secretario con una especialidad sino como un dirigente político del Partido Socialista que cumplía una función, pero que forma parte de un colectivo que lleva adelante un proyecto. Lo defiendo y lo defenderé siempre.
-¿Está en su agenda generar consenso este año para convocar a la reforma constitucional?
-El gobernador Bonfatti cree firmemente en el consenso y quienes estamos en el socialismo y leímos muchos trabajos de Estevez Boero el consenso no es una salida oportuna a una coyuntura que a priori aparece como desfavorable porque tenemos minorías en ambas cámaras. Sino que creemos que el consenso es la herramienta para construir y resolver los problemas en las sociedades democráticas. No negamos la existencia de conflictos, pero su salida no es agudizándolos sino arribando a consensos. El conflicto no debe ser permanente. La mayoría opositora, lejos de ser un obstáculo debe ser una oportunidad para demostrar convivencia política. Será un proceso diferente, pero no es una salida oportunista. El consenso es una herramienta fundamental.
-En términos conceptuales, ¿qué significó la etapa Binner y qué debe significar la etapa Bonfatti? ¿Cómo advertir la evolución de "El cambio continúa"?
-Hermes plantó los cimientos y, a diferencia de lo que dice Obeid, que hace una lectura casi contable de la gestión de gobierno, que no es un arqueo de caja, sino que medido en términos de transformaciones sociales y estructurales de una sociedad, en este caso la provincia. Binner deja una transformación inédita en Santa Fe en Educación, Justicia, Salud, más visible en este caso porque hoy se ha materializado y ya está una de las patas que es la estructura edilicia de hospitales y centros de salud. La Justicia que avanzó en el mismo sentido no es tan visible porque la reforma procesal penal todavía no está implementada plenamente y los ciudadaadnos no perciben ese cambio pero no hay marcha atrás. Es un escalón que nos permite dar un salto mayor en estos cuatro años. Lo mismo educación, y lo mismo en seguridad. Hoy partimos desde un escalón mucho más alto que el que recibimos en 2007. Es un tema grave y complejo que tendremos que abordar no sólo desde la prevención y el combate del delito sino interactuando con mayor energía y empeño con las otras áreas de gobierno. Si el Estado suma presencia en el territorio con otros actores además de la Policía, habrá más prevención, pero además servirán de freno a situaciones que la propia Policía no controla o que a veces promueve como situaciones conflictivas dentro de la misma sociedad.
-¿En qué se basa para decir que en seguridad hoy parten de un escalón más alto que en 2007?
-Es objetivo: no desde lo que percibe la sociedad sino como acción de gobierno. Recibimos una policía que estaba con la carrera con grandes problemas, había numerosos reclamos en vía administrativa y judicial por esa causa. Esas demadnas se fueron solucionando, igual que las juntas de ascenso. Se equipó la policia en 4 años como un proceso que también quebró una inercia. El equipamiento hoy es un proceso continuo, no espasmódico como antes. Chalecos antibalas, armamaneto, tecnología como el 911, digitalización de prontuarios. Nos falta construir comisarías. Pero antes no había plan, ahora sí. Estamos en mejor condición de afrontar ese problema si además de la policía en territorio sumamos otros actores del gobierno.
-¿Entonces cómo es que llegan a designar a un jefe policíal denunciado como lo está Néstor Arismendi?
-Quiero ser respetuoso del rol y decisión del ministro de Seguridad. La denuncia, como ya se dijo, es anónima y se está investigando. Si hay elementos reales para comprobar que esa denuncia anónima tiene un fundamento se actuará con toda la fuerza de la ley como ya se ha hecho. Hemos pasado policías a disponibilidad, creamos la Secretaría de Control de Fuerzas de Seguridad, Estamos esperando -era una cuestión fundamental- que se constituya la Comisión de Seguimiento qu deben integrar legisladores. Sería un gran avance que ello0s se involucren y acompañanen desde esta comisión y trabajen codo a codo con los funcionarios del Ejecutivo. Y también planteamos que el procurador de la Corte otorgue prioridad a los juicios que involucren personal de fuerzas de seguridad. No vamos a cambiar la estructura de una fuerza que tiene más de 18 mil hombres, que es evidente que tiene bolsones de corrupción como en otros espacios de la sociedad. Pero estamos trabajando para generar una nueva policía. Y no tenga dudas, desde que la provincia la gestiona Binner y ahora Bonfatti no hay más complicidad política con muchos de los delitos que se le atribuían a sectores policiales. Nosotros no miramos para otro lado. Iremos hasta las últimas consecuencias en la medida en que las denuncias tengan fundamento y comprobemos que lo que se dice acontece en la realidad.
-Pero en clave política ¿no cree que ya empezaron pagando un costo político evitable?
-Hay una carrera policial y todo ciudadano no puede prejuzgar ni condenar sin justa causa, si no sería muy fácil. Digo que vamos a investigar y si hay fundamentos se tomarán las medidas correspondientes. Pero no vamos a prejuzgar ni condenar por una denuncia anónima.
-¿Considera que la Secretaría de Control significó un eficaz control político de la Policía?
-Ha significado un avance. Los cambios no son del día para la noche. Y si también se compromete el Poder Judicial y el Legislativo vamos a avanzar aún más. Desde el Ejecutivo estamos muy comprometidos, y el mismo decreto contempla la participación de legisladores y también exhorta al judicial a que sea más protagonista en estos temas. Debe haber más compromiso de los tres poderes.
-Pero ahora resulta que casi ningún comisario presentó su declaración jurada aunque debía hacerlo.
-Por eso, habrá que hacer ajustes necesarios. (N. de R.: al día siguiente de esta nota se conoció el relevo del titular de la Dirección de Asuntos Internos).
-Los primeros gestos del gobernador apuntaron a una apertura de diálogo en distintas direcciones y los interlocutores lo perciben como una diferencia con los cuatro primeros años. ¿Es un estilo diferente al de Binner?
-Somos parte del mismo proyecto, y lo otro son perfiles particulares. Yo como ministro no seré igual a Bonfatti en este lugar. Cada uno tiene su impronta, pero los objetivos son los mismos. Esta sociedad es democrática y en ese contexto Hermes se maneja de una forma y Antonio de otra. Esa diferencia de estilo que marcan es la forma pero no la esencia. Son socialistas tanto uno como otro.
-¿Coincide con Binner en que no hubo diferencias en cuanto a participación de UCR en un gabinete y en otro?
-Es que fueron procesos diferentes. El triunfo de 2007 fue un triunfo claro de Hermes Binner. El triunfo de 2011 fue de Antonio Bonfatti pero con un Frente Progresista que con cuatro años de gestión ya había desarrollado una presencia en el territorio y en gestiones locales mucho más clara que en 2007. Además, en 2007 el FP se constituyó a partir de un claro liderazgo de Binner. Antonio tiene que ganar la elección después de atravesar una interna muy dura, incluso dentro de nuestro partido, y eso dibujó un nuevo mapa de representatividad. Entonces el gabinete refleja esa realidad. Son contextos diferentes. Hoy hay más presencia de ministros radicales.
-¿Cuáles son los límites del diálogo con la oposición?
-Lo que hablamos con el PJ, concretamente con Luis Rubeo, es que sería muy necio de parte de ambos sectores no sentarse a encontrar soluciones. Por ejemplo, vivimos la semana pasada la situación de Villa Gobernador Gálvez, la asunción de Pedro González estuvo complicada por la situación financiera del municipio. Las responsabilidades no son sólo de Murabito, el Concejo también estuvo lejos de ayudar a la gobernabilidad y lo confrontó. De todos modos, hablamos con dirigentes de esa ciudad y con Rubeo, y él trabajó para atenuar la conflictividad en el municipio y se comprometió a recuperar para la provincia el envío de Aportes del Tesoro de la Nación que hace más de dos años que no vienen a Santa Fe, y que no son para el gobierno de turno sino para atender situaciones críticas. Es un ejemplo de lo que podemos trabajar.
-Ustedes tienen una situación similar a la de Murabito frente a la oposición, y antes de perder mayoría en ambas cámaras ya le habían frenado dos veces la reforma tributaria.
-Habrá temas en los que será difícil ponernos de acuerdo. La coyuntura cambió, no son los mismos legisladores, y hay incluso visiones distintas sobre un mismo tema. A lo mejor no podremos ponernos de acuerdo en una reforma tributaria, el ministro de Economía definirá oportunidad y necesidad. Hoy la provincia tiene inequidades y podemos ir a uno más equitativo, de acuerdo a la capacidad tributaria de cada contribuyente. Lo mismo pasa con la Constitución, que reformarla para nosotros es una prioridad porque va a cumplir 50 años y está en mora con muchas cuestiones imprescindibles como autonomía municipal, nuevos derechos sociales y otras cuestiones que darían más previsibilidad como que los presidentes comunales gestionen por cuatro años y no dos. Pero si el PJ considera que no es el momento, tal vez no acordaremos, pero lo peor que podemos hacer es no poner estos temas sobre la mesa. Sin reforma tributaria y constitucional Binner gobernó y sentó las bases de un nuevo proceso con grandes cambios.
-¿Qué mensaje hay para municipios y comunas, muchos con graves aprietos financieros como es el caso de VGG?
-La provincia tiene algunas herramientas para asistir municipios pero los recursos no son ilimitados. Se tratará de asistir las situaciones más críticas, la provincia estará haciendo un esfuerzo para pagar los aguinaldos, las jubilaciones, y los municipios también deben ir elaborando con previsibilidad su funcionamiento. Pero la provincia no puede estar permanentemente en auxilio de todo el territorio.
-¿Cuándo será la reunión con CFK?
-Solicitamos audiencia formalmente dirigida a Oscar Parrilli. Esperemos que antes de fin de año o en enero pueda concretarse para dar inicio a un diálogo que el gobernador espera que continúe en los próximos cuatro años.
-¿Van a tocar el reclamo por los fondos coparticipables?
-Hay que agotar la vía judicial en la que está ese reclamo, independientemente de las relaciones institucionales que el gobierno de Santa Fe debe tener con la Presidencia de la Nación. El reclamo ante la Corte no nos inhabilita a tener un diálogo directo con la Presidenta. Hay muchísimas otras cuestiones en las que podemos trabajar juntos y avanzar.
-Desde la oposición suele decirse que hasta aquí la gestión del FP defraudó expectativas y que hay mucho de marketing político.
-Yo que fui responsable de la comunicación podría sentir eso como un gran halago y armar mi currículum con la opinión de los opositores, pero no las comparto porque el marketing o la comunicación nunca sustituirá la acción de gobierno. La afirmación de Obeid, Reutemann, Perotti y algunos dirigentes del kirchnerismo de decir que la gestión del FP es puro marketing en realidad esconde una gran subestimación de los ciudadanos y de su capacidad de discernimiento. La gente ve una acción clara de gobierno: Santa Fe es la única provincia que creó comités mixtos de salud y seguridad laboral, 80 centros de salud y 8 hospitales, que titularizó a 20.000 docentes, que está transformando su sistema de justicia. La ciudadanía apoya este proyecto de gobierno porque ve acciones tangibles, y lo que hacemos nosotros es comunicar adecuadamente. Es muy distinto a decir que somos puro marketing- concluyó.
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