En el Frente Progresista ya bosquejan la escena siguiente a la nacionalización de YPF. Una de sus espadas legislativas, la diputada provincial Verónica Benas (partido Pares), presentó un proyecto para que Santa Fe le pida al Ejecutivo nacional que también expropie la Destilería San Lorenzo, propiedad de Oil Combustibles, una de las empresas de Cristóbal López. "Que el Estado nacional recupere el control de Destilería San Lorenzo es una necesidad estratégica. Por eso debería avanzarse en este sentido, de la misma manera que se incorporó al proyecto del oficialismo la expropiación de YPF Gas SA", argumentó la legisladora rosarina.

El proyecto ingresó anteayer en la Cámara baja y recaló en tres comisiones. Obtuvo preferencia para ser tratado dentro de tres sesiones, y su autora confía en lograr el consenso mayoritario. Por lo pronto, tiene el apoyo de sus socios en el interbloque, ya que hace juego con el pedido del gobernador Antonio Bonfatti de abrir la participación accionaria a todas las provincias y no sólo a las petroleras. Si el proyecto prospera, el diputado nacional del Pares, Antonio Riestra, presentará el proyecto de expropiación en el Congreso.

La refinería situada en la ciudad histórica, a la vera de la ruta nacional 11, fue parte de la privatización de YPF activada por el decreto 2778 que Carlos Menem firmó en diciembre de 1990. Una sociedad integrada por Pérez Companc y Soldati (con 42,5% de las acciones cada uno) y un 15% de Petroquímica Argentina (también de la primera familia), compró la destilería en 12,2 millones de pesos, junto con cuatro muelles, un poliducto y el club aledaño. El mismo decreto causó el cierre y desguace de la planta de despacho de combustible en ciudad de Santa Fe. Antes de la operación, YPF indemnizó al personal con 4 millones más que lo que obtuvo por la venta de la planta. Soldati vendió su participación en 1997 a Repsol por 75 millones de pesos. Más tarde Oil Combustibles, del grupo Indalo, controlado por el empresario Cristóbal López, adquirió a la petrolera brasileña la refinería sanlorencina y sus estaciones de servicio.

En su momento, la empresa prometió inversiones superiores a 100 millones de dólares para fortalecer la planta y producir fuel oil para la central termoeléctrica de Timbúes. Eso entusiasmó al Sindicato de Trabajadores del Petróleo, que le dieron la derecha a la promesa de Oil. Esas inversiones nunca ocurrieron y hace algunas semanas ese mismo gremio fue a pedirle al ministro de Gobierno, Rubén Galassi, que el gobierno santafesino apoye la recuperación de YPF y emprenda la cruzada para extender la nacionalización sobre la vieja destilería San Lorenzo.

Benas interpretó que "si se pretende lograr el autoabastecimiento de combustibles, es imprescindible aumentar la capacidad de producción de las refinerías".

San Lorenzo -junto con Campo Durán y Dosck Sud- se vendió por fuera de la venta de YPF a Repsol. La firma española sí se quedó con las otras tres fábricas de combustibles del país: Ensenada, Luján de Cuyo y Plaza Huincul. Por eso, explicó Benas, para recuperar la destilería santafesina hará falta que el gobierno nacional envíe al Congreso un proyecto aparte.

La empresa admite en su página web una capacidad para procesar 8000 metros cúbicos diarios de petróleo crudo, sólo el 8 por ciento de la capacidad de refinación que ostentan las seis plantas existentes en el país. Poco en contraste con los 50000 metros cúbicos diarios que procesa Ensenada. "Pero la capacidad de San Lorenzo podría incrementarse si se concretan las inversiones proyectadas antes de la privatización que nunca se concretaron", destacó la diputada del Pares.

La expropiación de la refinería, según Benas, "reforzaría la posición de la provincia de Santa Fe en su pretensión de participar en el paquete accionario de YPF SA, considerando que en la producción de petróleo la etapa de refinación es tan importante como la de extracción", concluyó.