Desde Santa Fe

El director de Derechos Humanos de la Municipalidad de San Lorenzo, Marcelo Remondino, aportó al juez federal Nº 4 de Rosario, Germán Sutter Schneider "nuevos datos e indicios" para que ordene la búsqueda de una fosa clandestina en el cementerio de San Lorenzo, ante la sospecha que podría haber restos de desaparecidos durante la dictadura, pero advirtió que el magistrado "no hizo, hasta ahora, absolutamente nada para investigar" la denuncia. Sutter Schneider es el tercer juez que tramita una causa abierta en diciembre de 2002, para encontrar esa fosa común, pero en estos tres años los investigadores hallaron otros enterramientos -y hasta lograron identificar los restos de un joven militante del ERP desaparecido el 1º de marzo de 1975-, pero no localizaron el sitio donde algunos testigos insisten que un camión del Ejército arrojó "cuerpos a granel" en el invierno de 1976. "Tenemos datos más precisos de dónde estaría esa fosa clandestina, pero el juez demora la orden para investigar", se lamentó el funcionario.

La causa abierta para averiguar "la verdad histórica en el cementerio de San Lorenzo" -como expresa la carátula- ya pasó por tres jueces: Omar Digerónimo, Carlos Vera Barros y ahora Sutter Schneider. La búsqueda apuntó a la fosa clandestina, pero con resultado infructuoso para verificar esa hipótesis.

Los investigadores encontraron otros enterramientos clandestinos, y los restos de tres víctimas de muerte violenta de 19, 22 y 26 años. Uno de ellos ya fue identificado: era Alberto Isidoro Losada, un joven de 22 años, técnico electrónico y militante del ERP-PRT, desaparecido en 1975 que fue asesinado y enterrado como NN en San Lorenzo. Ahora se realizan los análisis genéticos para tratar de identificar a los otros dos.

Sin embargo, Remondino insistió con la hipótesis que inició la causa. "Hay una fosa común, donde los cuerpos fueron arrojados a granel en 1976, durante la dictadura. Se hicieron algunos trabajos, pero aún no se localizó. Aportamos más datos al juez Sutter Schneider, yo personalmente me presenté como testigo, pero hace tiempo que el magistrado no hace nada para localizar esta fosa", dijo Remondino en un diálogo con Rosario/12. "Los restos que se localizaron eran de militantes que cayeron en 1975, pero la fosa que buscamos es de 1976 y el juez no está haciendo nada para poder encontrarla".

Los primeros testigos que declararon en la causa -recordó Remondino- dicen que llegaron camiones militares al cementerio y arrojaron los cuerpos a granel. Empezamos a buscar la fosa en un sector y no la localizamos. Vinieron más testigos y nos dieron lugares precisos, donde tampoco encontramos la fosa, pero si un enterratorio. Eran 33 cajones. Lo que ahora estamos tratando de localizar es esa fosa clandestina donde arrojaron los cuerpos. Una tarde de 1976 desalojaron todo el cementerio y arrojaron una cierta cantidad de cajones. Lo que hemos localizado hasta ahora son ataúdes que fueron enterrando de a poco. Lo que no podemos localizar es la fosa, ahora tenemos datos más precisos de dónde estaría, pero el juez no da la orden de hacer una investigación", explicó.

-¿Por qué cree que el juez no ordena la búsqueda en ese nuevo lugar que indican los testigos?

-Me cuesta mucho pensar por qué. Realmente, hemos tenido diferencias con el juez Sutter Schneider. Hicimos presentaciones ante el Juzgado, solicitamos que la investigación avance más rápido y que no tenga nada que ver con el pasado del padre que fue ministro de la dictadura. Por eso, no quiero pensar que no quiera investigar -contestó Remondino.

A fines de abril, los restos de Losada fueron entregados a sus familiares para su inhumación definitiva en el cementerio Parque Azul, en el camino a Alta Gracia, Córdoba.

La justicia recibió el primer testimonio sobre la fosa clandestina el 10 de diciembre de 2002, cuando una mujer denunció que durante el invierno de 1976, mientras visitaba la tumba de un familiar, observó que un grupo de hombres con ropas militares arrojaba bolsas de gran tamaño en un pozo bastante amplio.