Sábado, 2 de mayo de 2015 | Hoy
SANTA FE › BONFATTI LEYó SU úLTIMO DISCURSO ANTE LA ASAMBLEA LEGISLATIVA AL ABRIR EL PERíODO ORDINARIO
El gobernador pareció dedicar el párrafo al candidato Miguel Del Sel cuando marcó el contraste entre la "eficacia progresista" y la "eficiencia neoliberal". Se comprometió a "garantizar la transparencia electoral" y aludió al narcotráfico como flagelo.
Por Juan Carlos Tizziani
Desde Santa Fe
Antonio Bonfatti reconoció ayer ante la Legislatura su responsabilidad política por el escrutinio provisorio de las primarias del 19 de abril que dejó sin contar entre 200.000 y 245.000 votos y asumió "el compromiso de honor" de garantizar el resultado de las urnas en las generales del 14 de junio. "Vamos a garantizar la transparencia electoral. Eso hemos hecho y eso haremos", prometió. "Está en juego el resultado de una elección, pero también la honorabilidad de un gobierno y la calidad democrática". El gobernador atribuyó a "errores instrumentales" haber informado el 100 por ciento de las mesas cuando faltaba escrutar más del 10 por ciento, pero aclaró que el papelón no tuvo "injerencia" en la voluntad de los santafesinos, como "quedó demostrado" en el escrutinio definitivo que finalizó el jueves, aunque faltan conocer los cómputos de seis departamentos, entre ellos Rosario. En esa línea, Bonfatti anunció que convocará a las fuerzas políticas para escuchar sus críticas y a veedores nacionales e internacionales para que controlen el proceso electoral en la provincia y puedan "dar fe de transparencia" el 14 de junio.
El de ayer fue el último discurso de Bonfatti ante la Asamblea Legislativa. Una despedida de más de dos horas con repaso de la gestión desde 2011, leída en tono monocorde que se interrumpía con el aplauso de los funcionarios de su gobierno que colmaban las barras. En primera fila, lo escucharon Hermes Binner y el presidente de la Corte Suprema y el Tribunal Electoral, Roberto Falistocco, entre otros. Y en la segunda, el jefe de la UCR, Mario Barletta y el candidato del Frente Renovador, Oscar "Cachi "Martínez", mientras que el aspirante del oficialismo, Miguel Lifschitz, prefirió ubicarse entre los diputados del palo.
Entre los gestos políticos llamó la atención el abrazo sobreactuado de Barletta a Bonfatti después de la lectura del mensaje , la ausencia de Rubén Giustiniani y un bloque despoblado del Pro, el partido de Miguel Torres del Sel, en un faltazo general que sólo desafió el diputado Raúl "Oreja" Fernández, gran amigo del cómico.
Hace un año, una marcha de familiares de víctimas de crímenes impunes obligó al gobernador a entrar a la Legislatura por la puerta de atrás. Ayer, otra protesta similar en demanda de justicia -aunque menos numerosa fue frenada a 30 metros, detrás de vallas metálicas iguales a las que Binner se jactó de haber sacado frente a la Casa Gris, en 2007. Un operativo de seguridad de cinco cuadras a la redonda le permitió al mandatario llegar a bordo de su auto blindado, junto a su esposa y el ministro de Gobierno, Rubén Galassi. En la explanada, lo esperaba Lifschitz, que después del acto salió con él, a su derecha.
Bonfatti dejó para el final el capítulo más esperado: el escrutinio provisorio de las primarias, la renuncia del responsable y ex secretario de Tecnologías, Javier Echaniz y el escrutinio definitivo que terminó el jueves, aunque faltan conocer los resultados de Rosario y otros cinco departamentos. El gobernador habló de "errores instrumentales", pero no mencionó a Echaniz. "Toda acción política está sujeta a la crítica y este gobierno y este gobernador se someten sin reparos, tanto a ella como a la dialéctica democrática en los consensos y en los disensos", dijo. "De modo que no puede quedar en duda que tenemos un compromiso de honor de garantizar la democracia en su máxima expresión, que es la transparencia electoral. Eso hemos hecho y eso haremos", agregó. Sus funcionarios y legisladores del oficialismo estallaron en una ovación.
"Está en juego -siguió Bonfatti el resultado de una elección, pero también la honorabilidad de un gobierno y la calidad de nuestra democracia". Más aplausos.
Fue allí cuando reconoció su responsabilidad política por lo que ocurrió el 19 de abril y la madrugada del 20. "Se han cometido errores que hemos asumido y que nos comprometemos enfáticamente a subsanar para las generales del 14 de junio", volvió a prometer. "Pero no puede quedar duda de que esos errores han sido instrumentales" y no tuvieron "la menor injerencia en la soberana voluntad popular". Así "quedó demostrado en el escrutinio definitivo" que finalizó el jueves a la noche. "Los apoderados y fiscales de los partidos políticos tuvieron la posibilidad de comprobar que no se produjo ninguna irregularidad que tergiversara la elección ciudadana", añadió.
En las elecciones generales del 14 de junio "profundizaremos nuestros esfuerzos para prevenir inconvenientes de toda índole, tanto durante la votación como en el escrutinio". Y anunció que en los próximos días convocará a una ronda de partidos políticos y a veedores nacionales e internacionales para garantizar la transparencia de los comicios. "Llamaremos a destacados académicos e instituciones nacionales e internacionales, y a veedores de prestigio internacional para dar fe de la transparencia del proceso", apuntó.
Bonfatti sumó aplausos en todos los tramos de su discurso, menos en uno, cuando habló de inseguridad y narcotráfico y ganó el silencio. "Santa Fe no es ese territorio tomado por las mafias que reproducen como única imagen muchos medios nacionales", se quejó. La provincia "es la segunda economía productiva del país, tierra de trabajo, de esfuerzo y de producción, capital nacional del cooperativismo, sede de dos de las universidades públicas más importantes del país, poseedora de una sociedad civil intensa como pocas en toda la Argentina". Y planteó que la problemática del "delito organizado" y "la violencia" exceden a la provincia, representan "el principal problema que afecta a nuestro país". Todas las provincias están sometidas a su amenaza y enfrentadas al desafío de combatir su avance de manera contundente", insistió.
Otro pasaje pareció estar dedicado a Del Sel cuando marcó el contraste entre la "eficacia progresista" y la "eficiencia neoliberal". Bonfatti dijo que su gobierno era la "continuidad" del de Binner. "Nuestro proyecto se propuso generar un cambio que incluyó la revalorización de lo político" después del "vaciamiento neoliberal" y el impulso de "un Estado presente". En 2007, el Estado santafesino "se encontraba debilitado por el impacto de ese vaciamiento, la ausencia de planificación, la fragmentación y superposición de esfuerzos que inmovilizaban su capacidad de respuesta hasta anularla". "Se trataba entonces de revalorizar política y Estado, pero en un sentido profundamente progresista y, al mismo tiempo, republicano", abundó.
En el cierre, agradeció a los legisladores por el "trabajo que hemos realizado en conjunto" para garantizar "la gobernabilidad de la provincia de Santa Fe". En los últimos cuatro años del gobierno del Frente Progresista con mayoría del PJ en ambas Cámaras, "vivimos una realidad inédita, que hemos sabido transitar con madurez democrática, que no nos impidió trabajar en conjunto en beneficio de los santafesinos, como seguramente lo seguiremos haciendo hasta el final de nuestros mandatos", el 10 de diciembre, concluyó el gobernador. En el sillón de al lado, el presidente de la Cámara de Diputados, Luis Rubeo, esperaba para abrazarlo.
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