Desde Santa Fe

El ex director de Asuntos Internos, Néstor Zapata y dos investigadores del área, Carlos Alberto Ibarra y Diego Campañoli, ratificaron ayer ante el Tribunal Oral una prueba clave en el juicio a Hugo Tognoli y José Luis Baella por supuesto "encubrimiento" a un detenido por drogas, Daniel "Tuerto" Mendoza. Se trata de una reunión secreta en Colastiné Norte, el 3 de marzo de 2012, en la que Baella pasó a buscar a Mendoza en un auto de Drogas Peligrosas, lo llevó a dar una vuelta y lo dejó quince minutos después en la puerta de la casa. El contacto transcurrió entre las 21.45 y las 22, según el relato de los testigos que acreditaron que el Corsa color champán en el operaba Baella era el móvil 3648 y sólo tenía chapa en el frente: HER 858. En el juicio, Baella ya dijo que su encuentro con Mendoza "nunca pasó" y el lunes, el cabo Marcelo Cocco, declaró que él era el chofer del vehículo y en ese lapso "no subió ni bajó nadie". La pesquisa de Asuntos Internos y su ratificación ante los jueces complica a Baella y a Tognoli y deja a Cocco al borde de una causa por presunto falso testimonio.

El Ministerio Público Fiscal imputa a Tognoli y Baella haber "favorecido" y ayudado a Mendoza "a eludir investigaciones" de la justicia en dos períodos. El primero, entre el 3 marzo y el 25 de agosto de 2011. Y el segundo, el sábado 3 de marzo de 2012. La hipótesis que intenta probar la acusación es que Tognoli no era ajeno al encuentro entre Baella y Mendoza.

Ayer, Ibarra y Campañoli explicaron al Tribunal el operativo del Corsa champán en Colastiné. Ese sábado a la noche había un festival folcklórico en la zona, por lo que pudieron acercarse con su vehículo, un Fiat Siena, a pocos metros de la casa de Mendoza, a quien vigilaban desde el día anterior.

La investigación había comenzado por una denuncia anónima que llegó en la sede de Asuntos Internos y mencionaba varios puntos de venta de drogas y siete nombres, entre ellos el de Mendoza, Tognoli y Baella.

Ibarra contó que alrededor de las 21.30 vieron pasar al Corsa champán frente a la casa de Mendoza. Les llamó la atención por que circulaba con las luces apagadas. A los quince minutos salió Mendoza y ascendió en la asiento de atrás. A las 22, lo volvieron a dejar en la puerta de la quinta, donde habló por teléfono un rato largo.

El auto no tenía patente en la parte posterior, así que recién lograron ver la de adelante cuando regresó a la casa de Mendoza. "La anotamos", dijo Ibarra. Y a la semana siguiente, volvió a ver al Corsa en estacionado frente a Drogas Peligrosas, que está cerca de Asuntos Internos. Vieron que al vehículo ascendían Baella y el entonces subdirector de Drogas Peligrosas. Lo siguieron en su paso por el Ministerio de Seguridad y luego hasta el fin del itinerario: una chopería en bulevar Gálvez y San Jerónimo.

Ante una pregunta del fiscal Martín Suárez Faisal, Ibarra relató otro seguimiento al Corsa champán. No precisó la fecha, pero dijo que era la misma época. Comenzó en la ruta 1, en la zona de la costa, donde observó que marchaba junto a una camioneta Peugeot de Drogas Peligrosas, hasta que un camión se ubicó en el medio de ambos vehículos. Ibarra pensó que era una casualidad, pero la columna transitó así hasta la salida de Santa Fe, primero por la ruta 168, luego por las avenidas Alem y Mar Argentino y por último la Circunvalación. "En ningún momento alteraron el orden", dijo. Anotó la patente del camión y la consulta reveló que correspondía a un Renault Clío de la provincia de Buenos Aires.

Campañoli dijo que no pudieron documentar con fotos y videos la cita entre Mendoza y Baella en Colastiné Norte para no poner en riesgo la investigación. Incluso, antes de la medianoche, lo vieron a Mendoza cruzarse hasta el festival folclórico.

--¿Por qué sabían que era Mendoza?

--Teníamos una foto--,contestó Campañoli.