Después de las PASO ha quedado poco margen para la sorpresa en la elección de hoy en Santa Fe. En aquel momento fue noticia que el casi desconocido candidato de UNA, Eduardo Romagnoli superara holgadamente a Hermes Binner en la categoría senadores, relegándolo a un cuarto puesto impensado no hace mucho tiempo, cuando el líder socialista sin ir más lejos fue el segundo candidato a Presidente más votado cuando Cristina Fernández de Kirchner logró su reelección. El primer puesto de Omar Perotti en las primarias, cómodamente por encima de Carlos Reutemann -ahora candidato del PRO- marca la fidelidad del voto para el FPV, ante la dispersión del electorado que no les favorable, alcanza una ventaja indescontable. En la boleta de diputados, se hace difícil pensar en un escenario diferente al descripto para las bancas en a cámara Alta. Resta entonces conocer cual será el nivel de corte de boleta -propiciado por el Frente Progresista- y los cruces con los candidatos a la presidencia. En rigor, se trata de un 20 por ciento de los votos en el mejor de los casos, el grueso, es decir el 80 por ciento no parece que vaya a mudar respecto de los comicios del invierno.

La fuerza que gobierna Santa Fe desde hace ocho años -y lo hará los próximos cuatro- decidió en su momento no presentar candidato a la Presidencia de la República. Eso después de que Hermes Binner declinara su postulación. Ante ese escenario, se lanzó la candidatura de Margarita Stolbizer que debió luchar contra propios y extraños ya que ni siquiera comparte la boleta sábana con sus socios políticos. El quebranto que sólo se pensaba podía perjudicar a la aspirante presidencial alcanzó también a la boleta corta de FPCyS, prueba de ello es la merma en cientos de miles de votos en relación a la mejor performance en el comicio provincial. No es que a las listas de diputados le fue mejor que a la candidata a la presidencia, para ser justos habría que decir que a Stolbizer le fue peor que a Binner. Pero también eso es relativo, la diputada bonaerense suma millas en una carrera en la que desde el inicio sabía que no tenía ni remotamente alguna chance. Binner y los candidatos a diputados en cambio aspiraban con posibilidades a llegar al parlamento. El "armado" de las listas y la decisión de ir con boleta corta, de repetirse el escenario de las PASO, dejaría al socialismo colocar un representante desde que lo hizo por primera vez en los '90 cuando Guillermo Estévez Boero inauguró la bancada. Podría decirse, parafraseando a los religiosos, que en el pecado está la penitencia. El "premio consuelo" si Chiqui González no alcanza a ingresar a la cámara de diputados, sería pensar que Miguel Lifschitz no cometerá el desatino de descartarla como Ministra de Cultura.

El PRO mostró en las últimas semanas un grado de preocupación que no se vio ni siquiera durante la campaña en la que perdió agónicamente la gobernación. Y al decir de Sergio Massa, "Carlos Reutemann reparte su voto con el mío", según afirmó en Canal 5 el miércoles pasado. Y más allá de la imposibilidad de comprobarlo, seguramente el ex-piloto de fórmula uno debe estar calculando que si el "corte" que propone Binner afecta a la boleta del PRO, tal vez al socialismo no le alcance, pero si ayude al candidato de Massa, el rosarino Romagnoli que había quedado a unos 50 mil votos de distancia. En diputados, Ana Martínez casi no apareció en la campaña, e hizo bien, su suerte está atada a la boleta presidencial. No así en el massismo, donde Alejandro Grandinetti le aporta desde Rosario a la boleta de UNA.

La izquierda, debería triplicar sus votos para colocar a Octavio Crivaro en la cámara baja, una tarea harto difícil, pero que ha intentado desarrollar con un campaña en la que a partir de las PASO "jubilaron" a la dirigencia que no logró llegar a l electorado desde la recuperación de la democracia.

Como se dijo más arriba, poco espacio para el asombro, menos inclusive del que hubo para la pasión. Fuera de la disputa por la Presidencia -desde ya lo excluyente- ni siquiera la presencia de dos ex-gobernadores, y la existencia de una fuerza provincial dominante que rompe el esquema tripartito nacional, pudo entusiasmar a un electorado que está mucho más atento a otras cosas que suceden en la provincia. Tal vez la seguidilla de comicios -esta es la cuarta elección en 6 meses- puede haber influido, una situación que habría que revisar a la luz de lo que establecen tanto la Constitución Nacional como la de Santa Fe.

En cualquier caso, las expectativas están puestas en saber si habrá Presidente en las próximas horas o si habrá que esperar hasta el 22 de noviembre.