Desde Santa Fe.

Amsafé Rosario solicitó a la ministra de Educación Claudia Balagué la "inmediata inhabilitación" del coronel Héctor Melitón Martínez para "ejercer la docencia" en escuelas de enseñanza media de Rosario, en las que da clases desde enero de 2011, hace cuatro años. Que Martínez sea profesor de Formación Etica y Ciudadana "es un giro retorcido de la historia", dijo el gremio. Y reclamó: "Nunca más queremos genocidas en las aulas".

Martínez no sólo es docente secundario en la provincia, también dicta cátedra en la Universidad Abierta Interamericana (UAI) desde 2014. Es profesor y licenciado en Ciencia Política, egresado de la Universidad Nacional de Rosario. Y antes de dedicarse a la docencia, fue "asesor de seguridad" en la empresa Paladini durante once años, entre abril de 1994 y marzo de 2005.

En un declaración ("un represor en la escuela pública"), Amsafé recordó que Martínez era "responsable, entre otras cosas, de hacer inteligencia durante la última dictadura militar sobre organizaciones sindicales. Exigimos la inmediata inhabilitación de este represor para ejercer la docencia".

Querellantes en juicios de lesa humanidad ya "habían pedido la detención de Martínez en el año 2005. Diez años tardaron los órganos del Estado en detener a uno de los responsables de la vida y la muerte en la ciudad de Santa Fe durante los años de plomo.

Pero no sólo en esto se demoraron las fuerzas nacionales y las provinciales, sino también las instancias ministeriales. Héctor Melitón Martínez fue, hasta el día de su detención, docente de Formación Ética y Ciudadana en las escuelas públicas secundarias de la ciudad de Rosario en un giro retorcido de la historia".

"Desde Amsafe Rosario exigimos la inmediata inhabilitación de este represor para ejercer la docencia. También nos preguntamos cuantos represores encubiertos más tendremos en las escuelas con el silencio ministerial como aliado. Este mismo Ministerio de Educación de la Provincia que niega licencias y persigue a docentes por "falta de documentación" cierra los ojos y la boca ante la presencia de un represor en las aulas de la escuela pública".