SANTA FE › CREEN QUE EN LA COMISARíA 3RA SE ESCONDíAN PRUEBAS úTILES PARA JUICIOS DE LESA HUMANIDAD.
Los abogados querellantes en la megacausa de Santa Fe cuentan en qué consiste la documentación policial que apareció oculta en la seccional de barrio Candioti, con jurisdicción en dos sangrientos operativos del terrorismo de Estado.
› Por Juan Carlos Tizziani
Desde Santa Fe.
Un fiscal federal que investiga los delitos de lesa humanidad suele decir: "Las pruebas están, sólo hay que saber buscarlas". Aludía a que, a la par del Estado terrorista, operaba un Estado burocrático que "dejó huellas por todos lados". Ese será entonces el motor de búsqueda en el archivo oculto que apareció en la comisaría 3ª, en el barrio Candioti, y que desde el viernes está bajo custodia de la Secretaría de Derechos Humanos de la provincia. El traspaso se hizo en el Ministerio Público de la Acusación, donde los abogados querellantes en el juicio por la megacausa confirmaron a Rosario/12 que entre los documentos hallados ya pudieron detectar libros de guardias de los años 1976 y 1977. "Hay archivos de la dictadura", dijo la abogada de Hijos, Lucila Puyol, mientras que su colega Guillermo Munné precisó que "se trata del período que teníamos expectativas de que hubiera documental". Así que a partir de hoy, los dos abogados afinarán la pesquisa y si encuentran las pruebas, las presentarán en el juicio.
El Tribunal Oral de Santa Fe que interviene en la megacausa autorizó a las querellas el acceso a los documentos ante la posibilidad de aparecieran registros de dos casos que se ventilan en el debate: la cita nacional de la plaza de las Banderas, en febrero de 1976 y la masacre de Ituzaingó y Las Heras, en enero de 1977. Los dos hechos ocurrieron en jurisdicción de la comisaría 3ª y tienen en común la caída de los principales dirigentes de Montoneros: en 1976, el jefe regional Carlos Lorenzo Livieres Banks y en 1977, el líder de la columna Santa Fe, Osvaldo Pascual Ziccardi, entre otros.
El volumen del hallazgo en la seccional 3ª es importante. Eran 32 bolsas de consorcio con documentos que se traspasaron a 32 cajas, que son las que se trasladaron desde el Ministerio Público a la Secretaría de Derechos Humanos. Hay papeles de cuatro décadas: '50, 60,'70 y 80. Pero el objetivo de la búsqueda -en estos días- será más acotado: los años 1976 y 1977, que son los que interesan en el juicio y significará buscar un archivo dentro de otro archivo.
"Claramente hay papeles de la dictadura: libros de guardia de la comisaría desde el '76 al '79, incluso algunos del '82", dijo Puyol. "Y otros son anteriores, de los años '60 o de principios de los '70". "Pudimos ver libros de traslados de detenidos, libros de actas, otro que asocio a los libros de gabinete de identificaciones porque era apaisado y con el mismo tipo de hojas. Y muchos papeles sueltos. Eran informes, notas. Vimos también un libro que se identificaba como de colaboración, que no sabemos qué significa", explicó.
"Lo que acordamos con la Secretaría de Derechos Humanos es que a partir de este lunes (por hoy) vamos a precisar la búsqueda del período que interesa para aportar pruebas en el juicio de la megacausa. Queda poco tiempo para hacerlo. Pero si ahora no encontramos algo específico seguiremos trabajando para las causas que están en instrucción. Estamos seguros de que vamos a encontrar pruebas, no sé si de estas dos causas específicas (la caída de la plaza de las Banderas y la masacre de Ituzaingó y Las Heras), pero sí de otros hechos", agregó Puyol.
Munné dijo que la documentación encontrada es "la oficial de la comisaría. Hay libros de la época de la dictadura, algunos están fácilmente consultables y otros difíciles de manipular (por su deterioro). Lo que está claro es que hay material del período que teníamos expectativas de que hubiera documental. Son libros de guardia, de ingreso y egresos de detenidos, comunicaciones al Poder Judicial".
"La documentación de fecha más reciente llega hasta el año 1998 y 1999, lo que nos da a pensar que el escondite no es tan antiguo y lo relacionamos con la tarea que hacía la fiscal federal Griselda Tessio que en el año 2000 secuestró libros en distintas comisarías. A la hora de plantearnos quién puede ser responsable de este encubrimiento y organizar este escondite, hay elementos para pensar que es posterior al año 1999", apuntó Munné.
El fiscal del Tribunal Oral, Martín Suárez Faisal, también valoró el hallazgo. "Puede haber información útil para las investigaciones que se están llevando a cabo tanto en la etapa de instrucción como la que ya está en juicio oral respecto de los hechos ocurridos en el ámbito de la seccional 3ª, en el barrio Candioti.
"Quizás haya algún dato puntual que podamos recoger esta semana y la próxima para incorporarlo como prueba en el juicio de la megacausa. Pero lo más importante es que se puede llegar a conclusiones respecto de otras cuestiones que todavía no sabemos y que pueden servir para las causas que están en instrucción", concluyó el fiscal.
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