Domingo, 20 de marzo de 2016 | Hoy
SANTA FE › UNA TESTIGO CONTó CóMO LOS MILITARES ULTIMARON A SU MADRE EN ITUZAINGó Y LAS HERAS.
Graciela Carlen calló durante 40 años sobre lo ocurrido en la masacre pero declaró en la megacausa. Eran vecinas de dos militantes montoneros, y desmintió que su madre haya sido asesinada por "los terroristas", como dijeron los represores.
Por Juan Carlos Tizziani
Desde Santa Fe.
Graciela Carlen padeció en silencio casi 40 años la matanza de Ituzaingó y Las Heras. El departamento del primer piso de su familia fue bombardeado en un operativo militar y su madre, Elina Jagou de Carlen, asesinada por el primer disparo que atravesó la ventana del este y le desgarró el cuello. El Ejército ya había copado la azotea y los techos vecinos y después culpó por la muerte de Elina a los cuatro "subversivos" del departamento de al lado, que también fueron masacrados. Los Carlen nunca recibieron explicaciones ni pudieron desmentir la propaganda oficial. "Nos dolió muchísimo, pero estábamos sumergidos en tanto dolor que nos quedamos con el silencio", dijo Graciela. Hasta el juicio de la megacausa, cuando ella puso el cuerpo dos veces: dio testimonio del asesinato de su madre ante el Tribunal Oral de Santa Fe en noviembre. "A mi mamá la mataron los militares", dijo. Y lo ratificó hace dos semanas, el 11 de marzo, en la inspección judicial al edificio. "Son imágenes que no puedo olvidar", explicó en una entrevista con Rosario/12, la primera que acepta desde que sobrevivió al genocidio.
En el primer piso hay dos departamentos. El blanco del Ejército era el que tiene ventanas sobre Ituzaingó, donde vivían los dirigentes montoneros: Jorge Piotti y su pareja, Ileana Gómez con sus hijos de un año y un bebé de un mes y sus compañeros, Osvaldo Pascual Ziccardi y Carlos Mario Frigerio. El de los Carlen daba a la calle Las Heras. "Mi dormitorio quedó totalmente destruido", recordó Graciela. "La biblioteca, los libros, la ropa, fueron acribillados. No sirvió absolutamente nada. Los balcones (de mampostería) tenían grandes perforaciones. Y en el living, tuvimos que arrancar la alfombra ensangrentada, el sillón y sacamos dos baldes llenos de municiones y entre cuatro y cinco granadas explotadas adentro. En el lavadero, los tiros de afuera dejaron las marcas en los azulejos. El departamento quedó inhabitable", relató.
Graciela dijo que su mamá fue la primera víctima del ataque. "Recibió el primer tiro. Una explosión. El cuello le quedó totalmente destruido. Es una imagen que no la puedo olvidar ni hasta el día de hoy, tenía pedazos de carne colgando, totalmente destruido. Fue un solo impacto cuando ella quiso cerrar la ventana. Nunca habló, nunca dijo nada, nunca gimió. No escuché nada de ella. Fue terrible".
-‑¿Donde estaba usted?
-‑En el dormitorio de mamá, porque estábamos por acostarnos a dormir la siesta. Ella ya estaba con su camisón, preparada para dormir la siesta.
-‑¿Fue un shock?
-‑Sí, hay muchas cosas que no recuerdo. Pegué un grito que mucha gente lo escuchó. Y bajé desesperadamente las escaleras ya en medio de un tiroteo que se sentía. Llegué a la puerta principal con las manos en alto. Alguien me reconoció, me dijo que me tirara al piso y que me arrastrara hasta una casa de al lado. Durante mucho tiempo no supe quién me había ayudado, pero ahora (en el juicio) supe que fue Daniel César Terussi, (quien declaró por video conferencia desde San Juan). Yo estaba en estado de shock. Ahí, me auxilió una señora de la casa de al lado -‑dijo. "Estuvimos en el piso detrás de un sillón y evidentemente los militares (le habían copado la casa) porque pasaban como si fuera un caminito por atrás de ese sillón. Yo le pedía a ella que llamara por favor a una ambulancia por si mi mamá estaba viva, pero nunca lo pudo hacer porque el tiroteo duró casi tres horas".
-‑Terussi dijo que al otro día leyó en El Litoral que a su madre "la habían matado los subversivos".
-‑Y era falso. Salió el artículo, que nos causó muchísimo dolor porque mi mamá era una persona respetada, inspectora de escuelas primarias, que dio la vida por la educación y nos dolió muchísimo. Estábamos sumergidos en tanto dolor que quedamos con el silencio. La mataron los militares, el tiro vino de afuera. Fue el primer tiro.
-‑¿Este juicio alivia ese dolor?
-‑El dolor no se repara con nada. Pero es importante reconstruir la verdad, tener la satisfacción de que se hizo algo. Y que las cosas no deben ser hechas así (como en la dictadura), que hay otras formas por hacerlas, con violencia, con armas, con fuego, no solucionamos nada.
-‑Un interrogante es dónde sobrevivieron los hijos de Piotti. Dos testigos, Jorge Giorgetti y Daniel Terussi dicen que los chicos no hubieran podido sobrevivir al bombardeo en su departamento. Giorgetti asegura que los llevaron al placard de su madre, ¿coincide?
‑-Si. La primera vez que volví al departamento (al mes del ataque), lo primero que hice fue ver el placard de mi mamá y no tenía ningún impacto. Si a los niños lo hubieran resguardado ahí, puede ser verdad (lo que dice Giorgetti) ‑-contestó Graciela.
-‑¿Llevaron a los niños después de que usted bajó?
-‑Sí, para mí que los cambiaron de departamento porque yo dejé la puerta abierta.
-‑La versión de los militares es que los "subversivos" habían intentado copar su departamento, su mamá resistió y la mataron.
‑-No es cierto. Yo estaba con mi mamá, ella recibió el primer impacto cuando intentó cerrar una ventana (a un patio interno) que daba al este. El disparo vino desde afuera. Ahí no había nadie, no entró nadie y después yo bajé sola. A los chicos los tienen que haber ubicado en el placard después de la muerte de mi mamá.
-‑¿Lo otra versión era falsa?
-‑Sí, totalmente falsa ‑concluyó Graciela.
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