"Hay sectores del radicalismo que no comparten la estrategia de integrar Cambiemos", lanzó el diputado provincial Eduardo Di Pollina, para luego repetir que "nunca" el socialismo integrará la coalición nacional entre la UCR y el PRO. En diálogo con Rosario/12, el legislador se entusiasmó con el "auspicioso" comienzo de gestión del gobernador Miguel Lifschitz y lamentó el "muy negativo" inicio de la presidencia de Mauricio Macri.

-¿No había otro margen para el socialismo que apoyar el pago a los fondos buitres en la Cámara de Diputados?

-Fue un tema muy debatido puertas adentro en nuestro partido, había muchísimas dudas, con diferentes puntos de vista y se decidió con reservas apoyar esa situación porque la preocupación que teníamos era que, si avanzaba en el tiempo y la Argentina, en estado de default, debía cada vez más dinero producto de los intereses comprometidos en su momento por el gobierno anterior. Entonces, ese fue de los motivos por el cual con grandes dudas se terminó apoyando la propuesta del gobierno nacional. La responsabilidad de llevar adelante estas negociaciones se la delegó el pueblo argentino al gobierno en las urnas y nosotros consideramos que no teníamos que ser una obstrucción, que teníamos que hacer lo que más le convenía a la República Argentina.

-¿Cuánto falta para que lleguen momentos de convulsión política en el Frente Progresista, en función de la participación del radicalismo en Cambiemos?

-Primero, nosotros hemos construido un espacio progresista que tiene más de 20 años en la provincia. El partido socialista no comparte ni va a compartir nunca la coalición de Cambiemos, porque no coincidimos en absolutamente nada. Es un proyecto claramente de derecha y está en las antípodas del pensamiento del partido socialista. Luego, el radicalismo es un partido que integra este espacio progresista y, simultáneamente, a nivel nacional tomó la decisión de integrar Cambiemos. Es un tema que lo tendrá que debatir el partido radical orgánicamente, tomar una decisión en su momento. Yo no puedo adelantar qué va a hacer el partido radical, porque es un resorte que lo tienen que decidir ellos. Evidentemente, el año que viene será de definiciones políticas muy importantes y allí veremos qué decisión se toma con respecto a las elecciones legislativas nacionales.

-¿Pero ve a todo el radicalismo dentro de Cambiemos o un sector al menos está más ligado al Frente?

-Sé que hay sectores del radicalismo que no comparten la estrategia de integrar Cambiemos y por supuesto se inclinan por estar en el Frente Progresista. Nosotros aspiramos a que todo el partido radical siga integrando el Frente Progresista. Después, qué porcentaje, si todo el partido, un sector va a continuar, es un debate que se tienen que dar ellos.

-¿Antonio Bonfatti es la persona ideal para conducir el socialismo a nivel nacional?

-Sí, no me cabe duda. Es el sucesor natural de Hermes Binner en la conducción partidaria. Es un tema que ya hemos hablado y va a ser la propuesta de la provincia al resto del país. Ha demostrado claramente en su gestión como gobernador, que ha sido altamente exitosa, que es quién debe conducir el partido socialista a nivel nacional.

-¿Cómo evaluó los primeros cien días de gestión del gobernador Lifschitz?

-Bien, muy bien. Yo creo que ha avanzado con proyectos muy claros en materia de obra pública, ha ratificado toda la línea política del gobierno de Binner y Bonfatti, que fueron grandes logros. Tenemos la mejor educación del país, reconocida por el propio Ministerio de Educación del gobierno anterior. En materia de salud lo mismo, ha sido un verdadero modelo no solo en la Argentina, sino también en Latinoamérica. Queda una gran cantidad de obras por delante, de hospitales, escuelas, que seguramente se van a plasmar durante todo este gobierno. Creo que es altamente auspicioso cómo se ha avanzado en estos primeros cien días, yo lo veo muy bien al actual gobernador.

-¿Y los primeros cien días del presidente Macri?

-Con muchísima preocupación, porque evidentemente avanzó inmediatamente, a los pocos días que asumió dando respuestas a las grandes corporaciones mediáticas, derogando a través de un Decreto de Necesidad y Urgencia un proyecto aprobado por el parlamento, discutido durante mucho tiempo, como la Ley de Medios, dónde se les permitió a las grandes corporaciones hacer negocios monopólicos. Es muy negativo desde ese punto de vista. Automáticamente lanzado ese DNU comenzaron a tejerse acuerdos económicos entre grandes corporaciones, lo que quería evitar justamente la Ley de Medios, que el partido socialista votó positivamente. Hubo DNU para votar ministros de la Corte, una cosa realmente de mucha gravedad porque no hay antecedentes en gobiernos democráticos en América Latina que hayan tomado semejante decisión. Y luego hay una quita de retenciones a las mineras, es una ley escandalosa del gobierno menemista, que fue ratificada durante el kirchnerismo, donde se pagaba un 5 por ciento de lo que declaraban, donde el año pasado una de las mineras había contaminado cinco ríos utilizando métodos prohibidos prácticamente en todos los países del mundo. O sea, nos dejan la contaminación, nos sacan los recursos naturales, el gobierno de Macri le quita el 5 por ciento, que en realidad era algo exiguo de lo que declaraban, sin ninguna explicación. Y otros tantos DNU que manifiestan una clara vocación política muy poco republicana por parte de este gobierno. En la devaluación hizo una transferencia fenomenal de poder adquisitivo de los trabajadores a los sectores concentrados de la economía. Hasta aquí todas las medidas que se fueron tomando fueron en una sola dirección, darles respuestas a los sectores ruralistas, a los sectores de la economía, los tarifazos en luz, el que viene ahora en gas. Este es el comienzo de estos cien primeros días, por supuesto que es un gobierno democrático que respetamos, fue electo por la voluntad popular. Vamos a esperar cómo evoluciona, hasta acá lo vemos muy negativo.