Desde Santa Fe

Miguel Lifschitz dijo ayer que la sociedad con la UCR que lo llevó a la Casa Gris en diciembre y a la que cedió la mitad del gabinete, no se romperá. El gobernador admitió las "tensiones internas" en el Frente Progresista por el doble juego del radicalismo, sobre todo el de su jefe, José Corral que en la Nación, es socio estrella de Mauricio Macri y en Santa Fe, comparte el gobierno con el socialismo. Pero se declaró "optimista" sobre el futuro de la coalición y hasta descartó un eventual colapso: "No veo un escenario de riesgo. No creo que lleguemos a extremos de ruptura, como vaticinan algunos". "Creo que podemos convivir en las diferencias", así que nosotros "apostamos a mantener el Frente que hoy, paradójicamente, está en un buen momento".

Lifschitz volvió a mostrarse junto a Corral en un acto público, a pesar del episodio del sábado, cuando el intendente recibió al jefe del gabinete Marcos Peña y al ministro del Interior Rogelio Frigerio, pero el gobernador no estuvo.

Los enviados de Macri llegaron a Santa Fe para anunciar un plan de viviendas sociales, pero la visita tuvo su trasfondo político porque -al toque- brotaron las versiones sobre el inminente lanzamiento de una mesa política de Cambiemos en la provincia, integrada por dirigentes del PRO y de la UCR. Y esa fue la lectura que hizo Lifschitz para explicar su ausencia en la puesta de Peña, Frigerio y Corral. "Entiendo que era un acto político. Por lo menos yo, no tenía nada programado", se justificó.

El gobernador dijo que "las tensiones" en el Frente Progresista "son obvias" y "se producen por la doble pertenencia del radicalismo a nivel nacional a Cambiemos y a nivel provincial al Frente Progresista".

"Pero hoy, paradójicamente, el Frente Progresista está en muy buen momento de relaciones políticas en el interior de la provincia, de trabajo común, de gestión compartida en el gabinete. Así que yo soy optimista. No creo que lleguemos a extremos de ruptura como vaticinan algunos, al contrario creo que el Frente Progresista tiene una larga tradición en Santa Fe de casi 20 años de continuidad. Y esto genera vínculos políticos y humanos muy sólidos que no creo que se vean alterados a pesar de algunas diferencias que podamos tener en el ámbito nacional", confió.

En Santa Fe, el "Frente funciona", planteó el gobernador, al insistir sobre el "buen momento" de la alianza gobernante "en términos de gestión y de relación con todos los dirigentes locales de todos los partidos".

"Vamos a mantener el Frente porque seguiremos trabajando para consolidarlo en los próximos tiempos", señaló. "No tengo temor por el futuro del Frente porque creo que es un proyecto que está muy vigente en la provincia y como digo, tiene ya una tradición importante. Obviamente hay tensiones políticas. No es la primera vez que ocurre, ni es la primera vez que la UCR y Partido Socialista tienen posiciones disímiles, pero eso nunca ha sido un obstáculo para que el Frente Progresista pueda seguir funcionando y creciendo".

Cuando un colega de El Litoral le preguntó sobre la decisión de la UCR de compartir su lista de candidatos con el PRO en las elecciones del año que viene, Lifschitz se mostró cauteloso. "No quisiera aventurar una opinión sobre el proceso electoral del año próximo, porque me parece que todavía es muy incierto el panorama, no sólo en la provincia, sino también a nivel nacional. El Frente Progresista tiene mucha historia en Santa Fe, muy consolidada. Hay mucho trabajo en común en los pueblos, en los departamentos. En mi gabinete hay seis ministros del radicalismo, y muchos otros funcionarios, trabajando muy en equipo, muy integradamente. No se notan en la gestión diferencias que tengan que ver con posicionamientos políticos. Por lo cual no veo escenarios de riesgo".