Desde Santa Fe

Las acusaciones de Mauricio Macri a Miguel Lifschitz profundizó la grieta en el radicalismo santafesino entre los alineados con la Casa Rosada y los solidarios con el socialista y planteó interrogantes sobre el futuro político de unos y otros y si el lanzamiento de la mesa de Cambiemos en la provincia, el 9 de agosto, será -o no- el principio del fin. El presidente del comité nacional José Corral y su antecesor Mario Barletta compartieron su postura pragmática acerca de la "buena voluntad" de Macri y la necesidad de "aprovechar el nuevo clima" para Santa Fe. Mientras que el ex vicegobernador Jorge Henn consideró "cualunque" y "pedorro" el ataque del jefe de Estado al gobernador porque "un gobierno que se presenta como adalid de la calidad institucional, que jerarquiza los grandes acuerdos y piensa el federalismo como una herramienta para saldar deudas con la sociedad, choca o se da de patadas con lo que Macri sostiene en estos momentos" (ver página 2).

Ya se sabe que Corral es el radical más macrista, pero en este cruce se ubicó como un eventual mediador entre Macri y Lifschitz, dijo que "le consta la buena voluntad" del gobierno nacional, recordó que Santa Fe fue "muy discriminada en los últimos años" y exhortó a "aprovechar este nuevo clima que hay en el país" para "trabajar en conjunto" con la Casa Rosada.

"Confiamos y hacemos los esfuerzos para que nos entendamos. No hay que resignarse a volver a lo que no queremos, a no tener obras en Santa Fe, a que no se escuche la posición de la provincia", apuntó.

El diputado Barletta coincidió con Corral, aunque sugirió que los reproches de Macri al gobernador "deben tener algún sentido" y lo sustentó en la idea de que "hoy hay otra muestra de federalismo y diálogo".

Barletta admitió que el trasfondo de la tensión es el próximo lanzamiento de la mesa de Cambiemos Santa Fe, el 9 de agosto, en la Casa Rosada, junto al jefe de gabinete Marcos Peña y el ministro del Interior, Rogelio Frigerio, para las elecciones de 2017 y 2019. "La UCR priorizó un espacio nacional en base a una decisión electoral", dijo. "La gran relación del radicalismo con el gobierno de Macri puede beneficiar a la provincia", agregó.

Si bien Barletta dijo que "la reunión del 9 de agosto no cambia nada en el actual escenario político", el rol de la UCR como nexo o mediador entre el socialismo y el PRO perderá su peso cuando se constituya la Alianza Cambiemos. "La integración al "nuevo espacio será complejo, pero no queremos traumatizar pero la situación no será fácil".

En cambio, Henn ya había dicho que el ataque de Macri a Lifschitz era "cualunque", aunque ayer en un programa de TV lo consideró "pedorro". "Un gobierno que se presenta como adalid de la calidad institucional, que jerarquiza los grandes acuerdos y piensa el federalismo como una herramienta para saldar deudas con la sociedad, choca o se da de pastadas con lo que Macri sostiene en estos momentos", planteó.

Henn le enmendó también la plana a Barletta al plantear que ante un eventual punto de fractura, "la mayoría del radicalismo" se inclinará por seguir en el Frente Progresista y no pasarse a Cambiemos.

--¿Corral está en Cambiemos y el resto de los radicales no? -le planteó una colega de Cablevideo.

--Sí, el paladar radical santafesino es progresista. La camiseta es progresista. Nosotros vamos a seguir en el frente.

"Puede haber algunos que tienen una visión pragmática --dijo en obvia referencia a Corral y Barletta--, pero eso existe en la vida, todos conocemos gente que hace lo que le conviene en cada caso. Nosotros debemos darle respuestas a los santafesinos". Y advirtió que en estos siete meses de Macri, "el gobierno de los CEO's -como lo llamó- se ha producido una inusual transferencia de recursos a favor de los sectores concentrados de la economía" en desmedro de las Pymes, los sectores y los trabajadores que "soportan la inflación y el tarifazo".