Desde Santa Fe.

El pleno de la Cámara Federal de Rosario confirmó esta semana el procesamiento del coronel Héctor Melitón Martínez por la supuesta "privación ilegal de la libertad" y "tormentos" al militante peronista ya fallecido Daniel García, a su esposa Alba Sánchez y a una compañera que ellos habían refugiado en su casa del barrio Barranquitas, Andrea Trincheri, a quien sólo conocían como "la Tana" y militaba en el Partido Comunista Marxista Leninista (PCML), en La Plata. Los tres fueron secuestrados el 6 de diciembre de 1977 en un bar de Santo Tomé por un grupo de tareas que los trasladó a la comisaría 4ª de Santa Fe y luego a un centro clandestino en San José del Rincón, donde recién pudieron salir a los cinco meses, en mayo de 1978, aunque Trincheri siguió bajo control de la patota hasta abril de 1979. La Cámara ya tenía "probado" el martirio de los García en el juicio al ex juez Víctor Brusa y ahora, al valorar las pruebas de esta segunda causa, llegó a la misma conclusión en el caso de "La Tana". "Debe tenerse por suficientemente acreditada la materialidad de los ilícitos que perjudicaron a Trincheri como oportunamente se consideraron los dirigidos a García y Sánchez", sentenció el tribunal.

Martínez está preso desde hace un año. El 19 de de octubre de 2015, el juez federal Carlos Vera Barros lo procesó por "privación ilegal de la libertad" y "tormentos" a los García y a Trincheri y "robo agravado por el empleo de armas y en banda" al matrimonio santafesino, confirmó su prisión preventiva y le impuso un embargo por un millón de pesos. El 28 de diciembre, la Cámara rechazó la excarcelación por considerar que la "naturaleza y gravedad de los hechos" que se le imputan es "posible" que "intente evadir la acción de la justicia, ante el pronóstico de una futura pena grave y de efectivo cumplimiento o que pudiere intentar entorpecer la marcha de las investigaciones". Y esta semana, la Cámara ratificó el procesamiento de Martínez por "privación ilegítima de la libertad e imposición de tormentos" a los García y a "la Tana".

La investigación de la patota denunciada por los García comenzó en 2004. Uno de los jefes, Nicolás Correa ("Tío") murió impune en agosto de 2007. En 2009, el Tribunal Oral de Santa Fe condenó a dos: a Brusa a 21 años de prisión por apremios ilegales y al comisario Héctor Romeo Colombini ("Pollo") a 23 años de prisión por secuestros y torturas. Y en setiembre de 2010, el Ministerio Público imputó a otros dos: a Martínez y al teniente coronel Jorge Roberto Diab, quien falleció en mayo de 2015.

Según la denuncia fiscal, "los integrantes del grupo de tareas eran Correa, Julio César Domínguez ("Potín"), Colombini, Héctor Melitón Martínez ("Nolo") y los apodados "Tuli"; "Gringo"; y "Cucaracho", entre otros. Operaban en el Destacamento de Inteligencia Militar 122 al mando del coronel Domingo Marcellini y el segundo jefe era Diab.

La Cámara recordó que los García y "la Tana" ("que vivía con ellos") cayeron en el bar de una estación de servicio de Santo Tomé el 6 de diciembre de 1977, "en un operativo integrado por civiles, militares y policías". "Encapuchados y esposados fueron llevados a la comisaría 4ª, alojados en distintos calabozos, donde sufrieron golpizas permanentes y particularmente Sánchez (...) por parte de Brusa". Y "después los trasladaron a una quinta de Rincón, que ellos llamaron "Borgia", donde los torturaron con picana eléctrica, golpes y simulacros de fusilamientos".

García dijo que a Martínez lo llamaban "Nolo", "lo describió como bajito, de cabello castaño, con bigotes". Y en el juicio a Brusa reveló que "en las sesiones de tortura participaba toda la patota, todos pegaban, el Tío, el Pollo, Potín, Nolo", recordó la Cámara.

Trincheri dijo que ella militaba en el PCML, que los García la habían refugiado en su casa y "sólo la conocían por su apodo 'Tana'. Y coincidió con el relato de Sánchez en cuanto a las circunstancias de modo, tiempo y lugar en que fueron detenidos e incluso en los lugares en que estuvieron, esto es la comisaría 4ª y la casa en la zona de la costa", agregó el tribunal. "La testigo describió los tormentos padecidos en la comisaría y en casa quinta", donde "la torturaron con picana eléctrica en todo el cuerpo hasta desmayarla mientras estaba esposada a un catre de metal. Adjudicó esta acción a "Potín", quien le provocó un paro cardiorespiratorio, por lo que debieron" reanimarla.

Luego, "un médico aconsejó a sus torturadores no continuar con la picana porque se iba a morir, comenzó una etapa de hostigamiento psicológico, la amenazaban con violarla y fue en ese momento que les confesó su nombre".

Antes de ser liberada, "le sacaron la capucha y en ese momento volvió a ver a García y a Sánchez, además de "Potín" y otros represores que le hicieron firmar unos papeles, luego de lo cual, los llevaron a la casa de Daniel".

"En consecuencia, debe tenerse por suficientemente acreditada la materialidad de los ilícitos que perjudicaron a Andrea Graciela Trincheri como oportunamente se consideraron los dirigidos a Daniel García y Alba Alicia Sánchez", concluyó la Cámara.