La Justicia de San Lorenzo resolvió ayer la clausura la planta de la firma Petroquímica Capitán Bermúdez (ex Electroclor) tras los escapes de gas cloro que afectaron a vecinos de la zona y sobre todo a una escuela de debió ser evacuada numerosas veces este año. El fallo de la jueza Graciela Bocarda plantea el cese del funcionamiento de la planta hasta el 30 de noviembre y señala que en el plazo tanto la Municipalidad de capitán Bermúdez como la Secretaría de Medio Ambiente controlen que la empresa cumple con las normas ambientales.

"Nosotros habíamos intimado a la empresa para que cese las actividades la semana pasada y como eso no ocurrió dimos curso a la Justicia, que ahora dictó esta medida cautelar que entiendo es para profundizar algunos elementos de la investigación", confirmó Marcelo Terenzio secretario de Medio Ambiente de la provincia. El pedido del cese de actividades que realizó la provincia el jueves 2 de noviembre se tomó luego de una inspección conjunta realizada por personal de esa cartera ambiental y de saneamiento municipal, y tras un nuevo escape de cloro gaseoso por el que tuvo que ser evacuada la escuela Nuestra Señora de los Milagros, ubicada cerca del establecimiento industrial. Un caso similar había ocurrido veinte días antes provocando irritación en la vista y la garganta de numerosos vecinos de la zona y la consiguiente preocupación general de la comunidad.

"Si bien la planta presentó algunos papeles y cumplió con algunos requerimientos se registró una serie de incumplimientos muy grande", agregó Terenzio, quien explicó que el cierre temporal de planta no implica una desobligación de las cuestiones legales de la firma: "Tendrá que seguir trabajando".

Entre las irregularidades detectadas figuraban la periodicidad y frecuencia de los escapes de gas cloro, la desinversión que exhibe la empresa en el mantenimiento de su planta también fue descisiva, y la ausencia de un sensor de escape de cloro. También pesó al momento de ordenar el cese de actividades la inexistencia de un sistema que permita recuperar los gases que son liberados cuando el proceso al que se somete al cloro se interrumpe porque hubo un baja en la tensión eléctrica.

Otra irregularidad fue el hecho de intentar producir clorado de benceno, que es mucho más riesgoso que el gas clorado, cuando no habían presentado ningún estudio ni al municipio ni a la provincia sobre la viabilidad ambiental.