Martes, 22 de noviembre de 2005 | Hoy
El equipo de Nery Pumpido no pudo romper la racha de no cosechar tres puntos de visitante. En el extenso campo del Nuevo Gasómetro se dio un partido abierto, con final incierto y donde cada uno de los equipos supo gozar de su momento en el partido. Goles de Vella y el uruguayo Silva
4 SAN LORENZO: Saja; Alvarado, García, Jonathan Bottinelli, Saavedra; Andrés Pérez, Messera, Barrientos; Montillo; Lavezzi, Cardozo. DT: Gustavo Alfaro.
2 ÑULS: Villar; Vella, Garay, Spolli, Ré; Belluschi, Zapata, Claudio Husaín, Lucero; Scocco, Borghello. DT: Nery Pumpido.
Goles: PT: 4m Vella (Ñ), 30m Montillo (SL), 36m y 45m Cardozo (L). ST: 41m Silva y 44m Herrera (SL).
Cambios: ST: Desde el inicio Steinert por Borghello (Ñ), Giménez por Zapata (Ñ) y Herrera por Cardozo (SL), 16m Ortiz por Messera (SL), 27m Molina por Montillo (SL) y 31m Silva por Lucero (Ñ).
Arbitro: Carlos Maglio.
Cancha: San Lorenzo.
Como sucede desde hace nueve meses, Ñuls no puede traerse los tres puntos cuando juega de visitante. Ayer el equipo Nery Pumpido se encontró con un partido ideal para revertir la racha. Porque ganaba desde los cuatro minutos y mostró una actitud ambiciosa. Pero todo se desvaneció en un par de minutos, donde la visita pegó dos contragolpes precisos y aparecieron los goles de Cardozo. Esos golpes tumbaron a los leprosos. Porque jamás pudieron reaccionar y se resignaron a sufrir una nueva derrota fuera de casa. La lepra no se impone de visitante de marzo último, donde venció a Banfield por el torneo Clausura.
Las amplias dimensiones que presenta el campo de juego del Nuevo Gasómetro, y las posturas decisivas mostradas por los dos equipos le dieron color a un partido abierto, con final incierto y donde cada uno de los equipos supo gozar de su momento en el partido.
El arranque tuvo a un Ñuls extrañamente protagonista. La lepra salió a la cancha con la determinación que careció en los últimos partidos y que lo llevaron a no ganar de visitante desde marzo. Los leprosos se hicieron de la pelota y, mejor aún, se pararon en capo rival. Y fue allí donde Vella sacó una mediavuelta desde afuera del área donde clavó la pelota en el ángulo izquierdo de Saja.
La ventaja no confundió a los rojinegros. Porque perseveraron en su claro perfil ofensivo. Aunque Scocco no lograba sintonizar con sus compañeros y todo giraba sobre la movilidad de Belluschi. Pero el paso de los minutos fue empujando a Ñuls sobre su propio campo. Y los volantes de San Lorenzo, disponiendo de precisión en el toque de primera, tuvieron claridad para llevar peligro al área de Villar.
El arquero leproso cortó un par de centros y transmitió seguridad. Pero con los locales recostados en campo leproso aumentó el peligro. Y nada pudo hace el uno guaraní cuando Montillo enganchó pisando el área mayor y sacó un derechazo cruzado que se metió sobre el palo derecho del arquero rojinegro. Villar voló sobre su costado, pero sólo para placer de los fotógrafos.
Por entonces Ñuls ya no tenía trascendencia en campo rival. Belluschi perdió contacto con la pelota, Scocco estaba fuera del circuito de juego y Borghello perdía seguido con su marca. Y una escapada de Montillo por la izquierda desembocó en un centro que Cardozo, con cabezazo algo forzado sobre el palo izquierdo, transformó en gol y ventaja para San Lorenzo.
En apenas seis minutos San Lorenzo revirtió el tanteador. Y como Ñuls no reaccionaba, el local fue por más. Y con la complicidad de la fortuna --Villar le ganó un mano a mano a Lavezzi pero el rebote cayó en Cardozo-- el nueve paraguayo de los azulgranas marcó el tercero para San Lorenzo tras quedarse frente al arco con el arquero vencido.
Para el segundo tiempo Pumpido metió a Steinert por Borghello, en su intento por encontrar mayor gravitación en terreno ajeno. Pero Ñuls ya no tenía la pelota y sufría por la intrascendencia de Belluschi. San Lorenzo estrechó línea, se cerró con mayor celo en su campo y a falta de lucidez individual, Ñuls se quedó sin recursos para buscar la recuperación.
Aunque en el tramo final, urgido por el marcador, los leprosos doblaron esfuerzos y fueron por el descuento. Y aunque por entonces no estaba la claridad de los primeros minutos del partido, Silva tuvo una y no perdonó. La lepra descontó. Pero luego vino el grito de Herrera y Ñuls esperó por el final sin mayores ilusiones.
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