0 San Martín (SJ): Monasterio; Frontini, Brusco, Agüero; Franco, Décima, Alejandro Gómez, Maximiliano Herrera, Nania; Carreño y Tonelotto. DT: Fernando Quiroz.

1 Ñuls: Villar; Aguilar, Schiavi, Ré, Quiroga; Donnet, Bernardello, Lucero, Ansaldi; Da Silva y Salcedo. DT:Ricardo Lombardi.

Goles: ST 35' Da Silva (N).

Cambios: ST inicio Laciar por Carreño (SM); 22' De La Fuente por Herrera (SM); 34' Sperdutti por Donnet (N); 38' Roth por Gómez (SM); 42' Mainguyague por Da Silva (N); 45 Zapata por Lucero (N).

Arbitro: Javier Collado.

Cancha: San Martín (SJ).

Los mejores resultados aparecieron en el epílogo del Apertura. Otra aparición de Da Silva para cerrar un año que había arrancado con muchísimos interrogantes. Una victoria que sirve para encarar con otro ánimo las vacaciones que vienen. Para pensar en un futuro diferente, lejos de los decimales y más cerca de los tiempos en los que la gloria se codeaba con el pueblo rojinegro. Claro que el camino tiene todavía escollos que no serán sencillos de sortear. El convencimiento propio y los tres triunfos en cadena provocarán otra reacción en los dirigidos por Caruso Lombardi. Al fin y al cabo, Ñuls cosechó en San Juan lo que fue a buscar. Hizo méritos para conseguirlo, más allá de que en algún momento mostró signos de conformidad.

Empezó mejor el equipo de Caruso. Desde el primer rodaje del balón puso el cuerpo en campo sanjuanino y mostró una marcada intención por imponer su juego. Ansaldi y Donnet dominaban las bandas laterales y desde allí surgían las chances. Una de esas acciones quedó desperdiciada porque Salcedo intentó habilitar de cabeza a Quiroga cuando se imponía un remate directo.

San Martín tardó 10 minutos en emparejar las acciones. Lo consiguió por la movilidad de Franco, y porque sus jugadores se pararon unos metros más adelante. Y ese espíritu lo llevó a su primera ocasión de peligro en la noche: Maximiliano Herrera se paró frente a la pelota y su remate -desde un ángulo cerrado- se fue a centímetros del travesaño e impactó contra uno de los parantes que sostienen la red.

Con el paso del tiempo, la libertad que los rojinegros gozaron en el comienzo fue desapareciendo y los circuitos sufrieron alteraciones. Aunque siempre existió la sensación de que Ñuls podía convertir si acertaba el pase final. Y el más claro ejemplo se dio sobre el final de la primera parte, cuando tras un córner ejecutado deficientemente, Bernardello encabezó la contra, cedió a Lucero, que venía a toda marcha por el medio, pero el zurdo la tiró a la tribuna cuando sólo se interponía la humanidad de Monasterio.

Sobre el cierre de la primera parte se vio lo mejor del partido. Ñuls volvió a perderlo cuando Salcedo giró hacia su derecha luego de recibir una combinación de Aguilar y el arquero rival envió al córner el fuerte remate del delantero paraguayo. Tras el tiro de esquina, Bernardello la robó sobre un costado y Schiavi llegó un segundo tarde al encuentro de la pelota, cuando sorprendió a espaldas de Frontini y Brusco.

También pudo convertir el local, aunque lo suyo no fue tan claro. Tonelotto impuso su fortaleza dentro de área y su cabezazo salió por encima del horizontal, y un minuto después Décima le sacó brillo al palo derecho de Villar con un remate desde afuera del área.

El complemento se consumó sin emociones y los dos equipos empezaban a abrazarse al empate, observando que el momento de ganar había pasado de largo. Pero luego de algunos amagues por romper el cero fue Ñuls el que se quedó con el premio mayor. Da Silva se tiró de palomita ante la mala salida de Monasterio y cuando Brusco se aprestaba a reventar la bola hasta límites inimaginables, el paraguayo estiró su pierna izquierda para darle otra vez tres puntos fundamentales al conjunto rojinegro.