Domingo, 25 de mayo de 2008 | Hoy
DEPORTES › CENTRAL YA PAGO 25 MILLONES Y SE DESHIZO DE UN PASIVO DE OTROS DIEZ
En seis meses de gobierno, Usandizaga bajó la deuda de 70 a 30 millones y los juicios contra el club de 475 a 300. Queda mucho, pero el presidente confía en los ingresos por ventas.
Por Alejo Diz
Una deuda que trepa a los 30 millones de pesos y un frente judicial que da cuenta de 300 juicios tiene a Central aún bajo el yugo del pasado, el mismo que lo puso al borde de la quiebra y que lo tuvo protagonizando escándalos de repercusión nacional. Pero si se retrocede algunos meses en el tiempo, un ligero ejercicio de memoria bien puede explicar por qué el presente tiene a los canayas en un posición de privilegio: El año pasado el club tenía una deuda de 70 millones, 475 litigios lo acorralaban en la Justicia y mantenía lazos comerciales con inversores que reducirán al mínimo la independencia económica. En seis meses de gobierno Horacio Usandizaga pagó más 25 millones de pesos para cancelar deudas, se deshizo de un pasivo ficticio de 10 millones, espera la llegada de nuevas divisas por la venta de jugadores y por esto se lanza al mercado de pases con la decisión de formar un plantel que reúna talento suficiente para animar la próxima temporada.
Cualquier proyecto que se pensara para club requería de una condición vital: que el primer equipo conservara la categoría. De eso, Leonardo Madelón se está ocupando, y con más suerte que desdichas, de acuerdo a los que dicen las centésimas del promedio. Es entonces donde Usandizaga empieza a pensar con visión de futuro, y al otear lo que podría venir construye una imagen impensada en noviembre pasado.
Cuando al Vasco le dieron las llaves del club sobre su despacho no halló datos respecto a la situación financiera de la entidad. Aunque a muy poco de tomar el mando las peores sospechas aparecieron en los papeles: a Central le reclaman deudas por 70 millones de pesos, algunas de ellas tan inverosímiles que obligaron al presidente a recurrir a la Justicia.
Por estos días los canayas cargan con un pasivo tentativo de 30 millones de pesos, cifra a la que se llegó tras, por ejemplo, llevar a la Asociación del Fútbol Argentino 5.500.000 pesos (algo así como la mitad de la deuda total con Julio Grondona), y acordar con los polémicos inversores que el año pasado gozaron de más protagonismo en Arroyito que cualquier jugador: Orlando Vignatti por un lado, con quien se firmó un arreglo tras pagarle 2.200.000 dólares (más otros 200 mil dólares en conceptos de honorarios profesionales que corrieron por cuenta del club), y Wilfredo Scarpello, a quien se lo sacaron del encima previo desembolso de 1.200.000 dólares.
La bolsa de billetes verdes necesaria para saldar estos compromisos salió de Tribunales, donde se encontraban embargados más de 6.000.000 de euros (por venta de jugadores, entre ellos el Angel Di María), y donde todavía se encuentra bajo tutela judicial algo más de 2.200.000 dólares. Con eso, en principio, se debería pagar al monotributista Juan Carlos Alvarez, que desde su ambiente en un Fonavi asegura haberle prestado al club 700 mil dólares.
Pero los números no sólo se descomprimen en el frente judicial, sino también los inherentes a solventar los contratos de los jugadores de fútbol, dado que el mes que viene vencen muchos de los vínculos que fueran rubricados por la dirigencia anterior y que cargan cifras onerosas. Esto no significa que desde entonces Central invertirá menos en fútbol, sino que se ajustarán variables elementales del mercado: pagar de acuerdo a lo que vale.
Esta política de contrataciones permitirá recortar gastos de un lado para destinarlo a un fin muy claro: sumar a un jugador de jerarquía para la creación de juego, apuntando por ahora el nombre de Ezequiel González, a quien ya le hicieron saber la determinación de la dirigencia por hacer un esfuerzo en procura de su retorno a Arroyito.
En concepto de venta de jugadores, al momento la dirigencia sólo se hizo de 250 mil dólares, aunque hay por delante un horizonte financiero promisorio: se espera la llegada de un millón de dólares por Cristian Alvarez y la semana que viene se complementará la transferencia de Tomás Costa a Porto de Portugal por 4.500.000 dólares.
Con divisas frescas, el Vasco se lanzará al mercado a formar un equipo que estimule los sueños del hincha. Para la dirigencia la deuda más pesada ya no está en Tribunales.
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