2 Boca: Javier García; Calvo, Cáceres, Paletta, Claudio Morel Rodríguez; Vargas, Battaglia, Dátolo; Riquelme; Noir, Viatri. DT: Carlos Ischia.

1 Central: Broun; Bogino, Ribonetto, Ithurralde, Danelón; Zarif, Borzani, Méndez, Gervasio Núñez; Zelaya, Vizcarra. DT: Gustavo Alfaro

Goles: PT: 7m Viatri (B). ST: 13m Zelaya (C), 41m Gaitán (B).

Cambios: ST: 20m Martín García por Zarif y Jonathan Gómez por Zelaya (C), 27m Paglialunga por Bogino (C), Mouche por Dátolo (B) y Gaitán por Noir (B), 35m Fondacaro por Claudio Morel Rodríguez (B).

Arbitro: Gabriel Favale.

Cancha: Boca

Está vigésimo en la tabla de posiciones , lleva 12 partidos sin ganar fuera de casa, arrastra tres derrotas al hilo, ocho en lo que va del torneo y son 18 los partidos que no gana en la Bombonera (el último en 1990). Números de un Central que anda penando en el Apertura, y que seguirán creciendo. Tras una pésima primera parte ante Boca, los dirigidos por Gustavo Alfaro recompusieron su rostro deportivo y hasta se animaron con deshacerse de algunas de sus estadísticas en rojo. Pero la victoria fue para Boca, que en el tramo final tuvo la puntería que no lució Vizcarra.

Iban sólo siete minutos de juego cuando llegó el merecido gol para Boca. Tan pronto, y Central perdía con justicia, ante un Boca que lo abrumó desde el arranque, y cada vez que quiso. No había puntos en común entre uno y otro equipo. Todo era a merced de Boca.

Si no era Calvo el que se proyectaba, la pelota la tenía Riquelme, o se mostraba Noir como descarga, o surgía Morel Rodríguez por la derecha, o el que daba la nota era Dátolo con vértigo y potencia. Un canaya sumiso ante la jerarquía del rival, y sin una figura que pudiera construir algo en ataque, soportó siete minutos su arco invicto. Fue en ese instante del cronómetro que Riquelme hizo la primera pausa, tiró el centro al segundo palo, justo entre Bogino y Ribonetto, donde apareció Viatri para cabecear cómodo al primer palo y dejar sin protagonismo a Broun.

Central estaba armado, sobre todo, para defenderse. Por eso ante el primer tanto en contra apareció lo peor del equipo: su evidente carencia de talento, con sólo Gervasio Núñez intentado algo por la izquierda, y Zelaya y Vizcarra cayendo una y otra vez, ingenuamente, a la marca de los zagueros xeneizes. Entonces Boca jugó a sus anchas, haciendo muy fácil la gestación de acciones de riesgo, aunque sin definir.

Las primeras jugadas de la segunda parte sugerían que nada iba a cambiar. Al menos por sus intenciones, Boca atinó a sostener su holgado dominio para terminar de doblegar a Central en el marcador. Pero una maniobra cambiaría todo: yerro de Vargas en un rechazo, escapó Danelón, tiró el centro bajo y apareció el esfuerzo de Zelaya para estirar la pierna derecha y poner la pelota sobre el segundo palo de un azorado García. No tenía explicación, pero al faltar media hora entre xeneizes y canayas, todo estaba equilibrado en el tanteador.

Fue a partir de allí donde Boca extravió la serenidad, debilidad que Central aprovechó jugando de contra. Fueron 30 minutos en los que se vio lo mejor del equipo en la era Alfaro, aunque no hubo virtudes en la definición. Porque lo tuvo Núñez con zurdazo alto, y luego Vizcarra, quien también disparó afuera. Y la mejor llegaría cerca del cierre del encuentro, cuando Vizcarra la tiró por el fondo con remate cruzado ante Javier García. Aún tenía las manos en la cabeza el goleador lamentándose por ello, cuando en un santiamén Boca recuperó la ventaja y se llevó todo: Viatri bajó para Gaitán un centro pasado de Mouche, y el juvenil la empujó sobre la línea para arrebatarle a Central el sueño del empate.