1 Ñuls: Peratta (6); Pillud (5), Schiavi (6), Insaurralde (6), Quiroga (6); Bernardi (7), Monsalvo (5); Sperdutti (6), Formica (5), Vangioni (5); Salcedo (5). DT: Roberto Sensini.

1 Colón: Pozo (6); Candia (5), Ferrero (5), Goux (4), Torres (5); Chitzoff (4), Prediger (7), Rivarola (5), Oyola (5); Castillo (5), Fuertes (6).

Goles: PT: 7m Quiroga (Ñ). ST: 35m Rivarola (C).

Cambios: ST: Desde el inicio Sciorilli por Chitzoff (C), 14m Daley Mena por Castillo (C), 20m Steinert por Formica (Ñ), 27m Cristaldo por Vangioni (Ñ), 29m Alfredo Ramírez por Torres (C) y 42m Leandro Torres por Monsalvo (Ñ).

Arbitro: Gabriel Brazenas

Cancha: Coloso del Parque

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Por repetirse en segunda ocasión no podría tomarse como síntoma, pero tampoco es un dato para desatender: el Ñuls que comienza los partidos no tiene rasgos similares al dibujo colectivo que se muestra en los últimos 20 minutos, como ocurrió ante Gimnasia y Esgrima de Jujuy semana atrás, y volvió a suceder ayer, ante un Colón que debió reponerse a un gol en contra a los siete minutos del inicio. Esta vez el conjunto de Sensini no fue prolífico en ofensiva, aunque fue ganando durante casi todo el partido. La punta estaba a diez minutos, cuando dudas defensivas le abrieron las puertas a una zurda conocida: la de Germán Rivarola.

Junto a los dos puntos de ayer, Ñuls suma cuatro unidades perdidas ante su gente. En este caso, la historia deportiva cuenta con cierto aroma a plagio a lo visto la semana pasada ante los jujeños. Por lo visto hasta aquí, Ñuls parece un equipo con dos caras.

La primera de ellas, es la que arranca los encuentros, donde abundan los esfuerzos físicos y sobresalta su supremacía del terreno y el balón, envión que ayer, por caso, desembocó con un gol tempranero, que nació en un tiro de esquina que cabeceó Insaurralde, y en el rebote Quiroga tuvo tiempo y espacio para marcar con una mediavuelta en el área chica.

Colón no sintió el golpe emocional, aunque tardó en mostrar su reacción. La variante en el marcador le reportó el leproso dominio de pelota, aunque en vez de recurrir esta vez a los desbordes de Vangioni o Sperdutti, o bien la conducción de Formica, de pelota parada estuvieron las más claras. Lo tuvo Formica con cabezazo a las manos del uno, y luego Schiavi, con recurso similar, pero ejecutado afuera.

De acciones claras de gol, Ñuls hizo poco, más aún con un Salcedo que no sintonizó nunca con Formica, y estuvo siempre en otro lugar cuando cayeron los centros al área de Pozo. Pero como Bernardi se impuso en el mediocampo, y la línea del fondo leprosa tiene puntos altos en el rendimiento, la falta de potencia ofensiva se equilibraba con la fortaleza defensiva. Hasta que llegó el segundo tiempo.

Porque tras el descanso, Ñuls se fue desdibujando, las reservas físicas se extinguían al ritmo de las altas temperaturas, y apuntalado por Prediguer en el medio, Colón fue yendo cada vez más cerca de Peratta. En general, Fuertes picaba en fuera de juego. Pero el porte del nueve sabalero es difícil de controlar, incluso para Schiavi.

Ya con Ñuls sin generar preocupación en el campo rival, porque Sperdutti no desbordaba, Formica no gravitaba y Salcedo estaba fuera del circuito de juego, Colón renovó su aspiración en el juego. Es que además los cambios de Sensini no trajeron ninguna alteración, ni siquiera con el ingreso de Steinert. Entre tanto, Fuertes tuvo una corrida que no fue gol por los reflejos de Peratta, y poco más, aunque ya el sabalero jugaba en campo leproso.

Esa fue la virtud de la visita: jugar del otro lado del campo de juego. Fue así como capitalizó una fallida salida de Pillud, recuperó la pelota y una rápida asistencia de Fuertes dejó a Rivarola con pelota a disposición por la izquierda, y sacando un zurdazo bajo y cruzado que significó el empate.

Ya sin resto físico, y con el ánimo averiado, Ñuls adoleció de respuestas y no lo terminó perdiendo porque Daley Mena se lo perdió sólo en el área chica. Entonces, en segundos, las sensaciones cambiaron de camiseta. Porque al final del encuentro Colón vio la victoria y la dejó escapar, y Ñuls dejó ir otros dos puntos de local, que le restan importancia a su nueva ubicación en la tabla, pero que además dejan planteada la duda en el parque Independencia: de las dos caras que tiene el equipo, ¿cuál será la que marcará su destino en el Clausura?