Cada vez que Julio Grondona le prestaba dinero a Eduardo López, el titular de Asociación del Fútbol Argentino (AFA) no medía los riesgos financieros de la operación, que tenía del otro lado de la mesa a un presidente con medio millar de cheques rechazos como antecedente bancario. Grondona tampoco era riguroso en lo que López le hacía firmar, desprejuicio que se tutea con la complicidad, como la producida en la venta de Cristian Ansaldi al Rubin Kazan de Rusia, negociación donde Ñuls fue víctima de una estafa que supera los cuatro millones de dólares, monto que nace de la diferencia que surge del contrato presentado en Rusia por la compra del defensor y el elevado en AFA por el propio López.

Rosario/12 tuvo acceso a la documentación que se encuentra en AFA sobre la transferencia de Ansaldi, transacción en la cual la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP) sigue de cerca por la presunción de "lavado de dinero". El caso es el siguiente: en el 2007 Ñuls vende al jugador al Rubin Kazan en forma definitiva. En Rusia, el vínculo rubricado entre Ñuls y Rubin habla de una transferencia que comprometió la inversión por parte de los moscovitas de 8.000.000 de euros, dinero que, claro está, debió ingresar a la tesorería rojinegra. Pero nada de eso sucedió.

Porque López presentó en AFA un contrato que habla no sólo de cifras menores, sino rubricado en dólares estadounidenses. La documentación declarada por el ex presidente leproso da cuenta de una transferencia por la cual Ñuls cobró en efectivo tres millones dólares, venciendo el 31 de diciembre de 2008 una segunda y última cuota, de otros tres millones de dólares, que completa así una operación por el monto total de seis millones de la moneda norteamericana.

Ante esta incongruencia en la documentación, Ñuls nunca envió el transfer al Rubin por el jugador, puesto que para cumplir con el trámite se debe adjuntar los contratos presentadas en ambas asociaciones, las que regulan el fútbol argentino y el ruso, y el vínculo que está en manos de López fue firmado por el representante del defensor, Pedro Aldave, y un intermediario de origen portugués. Por lo cual luce por su ausencia el garabato de alguna autoridad de la entidad oriunda de la ciudad de Kazan.

Los rusos enviaron a AFA un "recurso de queja" para lograr el envió del transfer, a lo cual Grondona respondió con una habilitación provisoria, por medio de la FIFA, que venció el año pasado. Entre tanto, el Rubin no puede vender al jugador, por quien pagó ocho millones de euros, algo así como 10.500.000 dólares, y el mes que viene vuelve la actividad profesional en la liga moscovita. Pero lo más insólito es que en AFA el Rubin está en falta, por no haber abonado los tres millones de dólares vencidos en diciembre, según dice el contrato declarado por López.