El mercado de pases aún no se movió en Rosario Central pero la dirigencia centralista tiene pensado reunirse hoy con sus pares de Boca para comenzar a definir la venta del volante Jesús Méndez. Si bien en los últimos días la negociación se había enfriado, los dirigentes canayas volverán a escuchar ofertas y buscarán encauzar nuevamente la operación para conseguir el dinero necesario que permita traer algún refuerzo de calidad con vista al próximo campeonato. La idea de los representantes canayas es vender a Méndez en una buena cifra y con esa plata contratar al delantero del Cagliari, Joaquín Larrivey, al atacante de Tigre, Carlos Luna o a Luciano Figueroa, que es la gran obsesión.

El asesor legal de Rosario Central, Manuel Usandizaga será el encargado de llevar adelante la negociación y luego de la reunión que mantenga con los dirigentes xeneizes se contactará con los representantes de Larrivey y de Luna para lograr que uno de los dos se sume al plantel del Ariel Cuffaro Russo en el torneo Clausura. Sobre este tema, el vicepresidente de la institución Juan Carlos Di Felice manifestó que "hay que tener confianza en Manuel y en Horacio Usandizaga porque ellos van a tratar de conseguir al nueve que todos los hinchas de Central desean". Aunque Di Felice también reconoció que "se debe respaldar y darle crédito a los delanteros Zelaya, Castillejos y Caraglio porque con ellos el equipo hizo una buena campaña".

Por su parte, el técnico Ariel Cuffaro Russo mantiene la calma y considera que el club debe vender sólo un jugador para reforzar el ataque auriazul que es la línea donde el equipo mostró dificultades. En cambio, el entrenador siente absoluta confianza en el arquero Hernán Galíndez. A pesar de los ofrecimientos que los directivos reciben casi a diario (Roberto Abbondanzieri, Nicolás Navarro y Roberto Fernández, entre otros) Cuffaro y principalmente su entrenador de arqueros, Hernán Castellanos creen que Galíndez es bueno y de a poco va a rendir más.

Festejos. En el marco del 120º aniversario de Central, ayer por la mañana se corrió un maratón de seis kilómetros que finalizó en el Gigante de Arroyito, con 2000 corredores. Por la tarde se realizó una caravana con la bandera más larga del mundo de clubes de fútbol que llegó a los seis kilómetros y luego se desplegó en el estadio.