La Comisión Directiva de Central quedó ayer sensiblemente reducida, al recibir el presidente Horacio Usandizaga la renuncia de cinco compañeros de gestión, entre ellos el secretario Ricardo Milicic. El detonador de las dimisiones fueron las diferencias que los dirigentes mantenían con el Vasco en el área del fútbol profesional, donde el que manda es su hijo Manuel, quien carece de cargo directivo alguno.

El síndico Diego Vaiman, el vocal Ricardo Barrionuevo, el protesorero Gabriel Di Benedetto, provenientes ellos de la agrupación Mística Canalla, renunciaron ayer a sus respectivos cargos. Luego se apartó el vocal Horacio Molina, y por último llegó la renuncia del secretario Ricardo Milicic. "Con Usandizaga no se puede hablar", se quejó el ex jefe de la policía de la ciudad, para justificar su paso al costado. "Uno de los motivos de la renuncia es dejar al presidente y a los que manejan el fútbol tranquilos estos meses que vienen", expresó Barrionuevo.

A pesar de los evidentes errores que la dirigencia canaya cometió en materia de fútbol profesional, Usandizaga nunca acudió a sus compañeros de Comisión para tratar la situación y ratificó en el último semestre a su hijo Manuel en el cargo de manager deportivo, el cual se desempeñó con las dificultades propias de quien desconoce la tarea. La compra del pase a Martín Astudillo por miles de dólares y la venta de jugadores claves previo al comienzo del decisivo torneo Clausura son los últimos pasos en falso cometidos por el hijo del presidente, que el año pasado renunció por "estar saturado", pero seis meses después regresó.

El Vasco se queda así al frente del club con el tesorero Hugo Ruggiero, y sus incondicionales, esos que jamás lo contradicen: Daniel Viliguer, Juan Di Felice y Vicente Cuñado, entre otros.