Con el comicio que tendrá lugar hoy en Central, en cuatro años el socio canaya pasará por las urnas en tres oportunidades, sucediéndose una elección cada 16 meses. Ese promedio ilustra lo mal que fue administrada la entidad de Arroyito de un tiempo a esta parte. En el 2006 las polémicas elecciones que ganó Pablo Scarabino le permitieron estar en el poder un semestre más. Apareció la Justicia a tiempo, vino la intervención, el triunfo de Horacio Usandizaga y su posterior huida de la presidencia al dejar al equipo en la B. Aunque en la entidad auriazul no hay buenos ejemplos, de la crisis solo se sale votando, y de eso se ocuparán más de 27 mil socios, que deberán elegir gobierno entre la propuesta del Crece, con Raúl Broglia a la cabeza de la lista, y el movimiento que fundó Gonzalo Belloso tras caída con All Boys, Raza Canalla, que ofrece a Norberto Speciale como candidato a presidente.

Si bien es perfectible, lo único bueno que mostró Central en su última década es su estatuto, donde está a salvo y se garantiza la participación del socio para elegir autoridades. Con las elecciones se logró poner fin a procesos institucionales que le hicieron daño al club, como el paso de dirigentes como Jorge Sauan, Gonzalo Estévez y Horacio Usandizaga, por citar algunos casos. Las comisiones directivas se sucedían y los cambios no aparecían. El Vasco cautivó al electorado en el 2007 con su imagen de falsa autoridad, construida a fuerza de gritos y frases vulgares, y terminó dirigiendo el club sin ir a la cancha por temor al repudio.

De los últimos procesos electorales fue testigo la agrupación Crece, que desde el 2005 se aboca a participar en la vida política del club. Raúl Broglia fue el elegido para ser el primer nombre de la lista, que acompaña también Carlos Del Frade, Eduardo Settimini, ex candidatos a presidente por el movimiento, entre otros. El Crece representa una nueva generación de socios con apetito dirigencial y convicciones de gobierno que maduraron tras años de debate.

La urgente conyuntura deportiva de la entidad llevó a Broglia a acelerar decisiones, como las asumidas con el anuncio de la contratación de Mario Gómez como entrenador, elección consensuada con Darío Scotto, hombre señalado para abordar el área del fútbol profesional.

Raza Canalla es consecuencia de un arrebato de bronca de Gonzalo Belloso al ver caer a la segunda división al primer equipo. Aquella angustia lo motivó al ex delantero al ofrecer las primeras declaraciones lúcidas que se escucharon en Arroyito tras la derrota con All Boys, como reclamar la unión de los socios para tomar decisiones que exigía el fútbol profesional. Pero el Síndico Vicente Cuñado convocó a elecciones sin leer el estatuto, por lo cual su propuesta de votar en junio debió pasarse para julio, tras la advertencia de Fiscalía de Estado.

Conocida la fecha de los comicios resurgieron muchos de los dirigentes que en el pasado le causaron problemas al club. Pero aquellos ocasionales reencuentros políticos no lograron responder a la peticiones del estatuto, que requiere una lista de 29 candidatos a dirigentes con 10 años de antigüedad como socios y 817 avales. Ni siquiera el ex secretario Ricardo Milicic reunió dichas imposiciones. Tampoco Raza Canalla, que presentó candidatos sin la antigüedad necesaria. La Junta Electoral autorizó el cambio de los socios sin facultades para ser directivos y sobrevino la denuncia de manipulación del padrón que no fue constatada por los abogados del club.

Ninguno de los empresarios tentados por Belloso para liderar su lista aceptaron ser candidatos a presidente de Central. La repentina aspiración del delantero por hacer política en la entidad encontró apoyo en Norberto Speciale, aquel que dejara su cargo de vocal en la Comisión Directiva de Horacio Usandizaga por mantener diferencias con el Vasco, que no eran más que la falta de inteligencia de Usandizaga para escuchar a sus compañeros de gobierno. El ex presidente hizo lo que quiso junto a su hijo Manuel y su evidente desconocimiento del fútbol llevó al equipo a la B.

Si los socios canayas eligen a Speciale, quizá el próximo técnico sea Jorge Burruchaga. Con el Crece venderá Mario Gómez. Más allá de quien gane, el que asuma tendrá a disposición ofertas millonarias por algunos de los jugadores del club, lo que le permitirá a Central salir a competir en la B con un presupuesto que superará al de todos sus rivales en la divisional. Y allí aparece la mayor obligación de los nuevos dirigentes: acertar en la inversión de la plata para volver a poner a Central en Primera en el 2011. De fracasar en el fútbol profesional, el club empezará a sufrir en lo institucional los golpes deportivos acusados en el primer semestre del año.

En el último lustro el socio de Central acudió masivamente cuando lo llamaron para votar. Ninguna de esas elecciones fue acertada. Una nueva crisis citará a miles de socios esta tarde en el Gigante de Arroyito para otra vez elegir autoridades. Y para volver a ver al club en Primera hoy el socio no debe equivocarse con su voto.