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Con mucha pena y nada de gloria. Así resultó el segundo, y otra vez breve, ciclo de Reinaldo Merlo al frente de la dirección técnica de Rosario Central. Mostaza consensuó su salida con los dirigentes al arribar al Aeropuerto de Fisherton luego de ver cómo sus dirigidos caían derrotados ante Boca Unidos de Corrientes. Sólo dirigió doce partidos, en los cuales obtuvo cuatro victorias, cuatro empates y cuatro derrotas. Hoy a las 15 en el predio de Arroyo Seco se despedirá del plantel. El presidente canaya, Norberto Speciale, afirmó que la situación "era insostenible". La dirigencia ya busca su reemplazante: suenan Héctor Rivoira y Leonardo Astrada.

Poco había por hacer en Central después de la lamentablemente caída en Corrientes. Tras un partido en el que Merlo decidió poner en cancha a una formación con cinco defensores y un solo delantero de punta, los dirigentes, y también el propio entrenador, entendieron que la persiana debía bajarse. Perder contra un conjunto que acumulaba siete fechas sin alegrías significó el quiebre definitivo en la relación que unía a Mostaza con Central. Ya no necesitarán los dirigentes declarar públicamente que avalan la gestión del técnico, a pesar de que el equipo no haya desplegado ni siquiera atisbos de buen juego.

Sobre sus espaldas, Merlo, y también la dirigencia, cargaba con el fastidio que pregona la mayoría de los hinchas en el Gigante, que lo indican como el principal responsable de que Central no haya cumplido, al menos hasta ahora, con las expectativas trazadas. Banderas, cánticos e insultos fueron la vía por la cual Mostaza fue agraviado una y otra vez por los hinchas. Sostenerlo una semana más en el cargo hasta que el equipo vuelva a jugar de local (el lunes próximo ante Instituto de Córdoba) hubiera sido inflamable para el habitual estado de calentura que viene mostrando el estadio de Arroyito.

Eso fue lo entendido por el presidente, Norberto Speciale, al declarar a Rosario/12 que "no era lógico exponer a Merlo el lunes que viene para que lo putee todo el estadio". Considerando que el ciclo de Mostaza era "insostenible", Speciale entendió que la salida significa "lo mejor para los dos partes".

El titular canaya se reunía al cierre de esta edición con el secretario deportivo, Gonzalo Belloso, para analizar el reemplazante. Suena con mucha fuerza la posibilidad de que Héctor "Chulo" Rivoira se haga cargo del plantel, quién hasta un mes atrás dirigía a Huracán. También se menciona a Leonardo Astrada y "a alguno que está en el exterior", dijo Speciale, aunque prefirió no revelar la identidad. No obstante, recién se comunicarán con los factibles entrenadores una vez que Merlo se despida del plantel, hoy a las 15 en Arroyo Seco.

Al analizar el por qué del final, Speciale prefiere no caerle con toda la responsabilidad a Merlo afirmando que no cree que "el tema pase exclusivamente por una cuestión técnica". Para revertir el mal momento del equipo, "hay que dar un golpe de timón en cuanto al esquema de juego, al planteo táctico y la única forma de conseguirlo, evidentemente, es con un cambio de técnico", entendió Speciale y agregó: "Cuando hay un cambio de aire, aparentemente hay una renovación de actitud en el plantel".

A pesar de la partida, Speciale quiso reconocer a Merlo como "una persona excepcional". "Nos dijo 'Yo cobro hasta hoy, no quiero un peso más'. Creo que nunca en la historia de Central pasó algo igual, todos los técnicos se fueron reclamando hasta el último día aunque hayan trabajado un mes, con juicios y un montón de problemas", explicó el presidente.

La dirigencia canaya tiene la intención de que el nuevo entrenador asuma "a más tardar" el miércoles para, de ese modo, hacer su debut oficial el día lunes de la semana próxima en el Gigante, ante Instituto. Hasta la presentación del nuevo técnico, el plantel hará hincapié en la realización de trabajos físicos bajo la tutela del preparador, Miguel Quiroga. El segundo paso de Merlo por Central concluyó con 11 goles a favor y 11 en contra y con 16 puntos obtenidos sobre 36 en juego.