La deuda cercana a los 100 millones de pesos no les impide a los dirigentes canayas satisfacer los pedidos del director técnico, Héctor Rivoira, y cerrar más incorporaciones. Desestimada la llegada de Leonel Altobelli, ayer se finiquitó el arribo del delantero Santiago Biglieri, que en la última temporada actuó en el Emelec de Ecuador y cuyo pase pertenece a Lanús. Hoy comenzaría a practicar en Mar del Plata con sus nuevos compañeros. A poco menos de un mes de la reanudación del torneo de la B Nacional, el Chulo cuenta con todos los refuerzos que solicitó. Sólo aguarda, "y si hay posibilidades", la llegada de un enganche.

Altobelli era la obsesión de Rivoira. Los directivos canayas aseguran haber hecho todos los esfuerzos necesarios para sumarlo al plantel. Pero el jugador de Tigre prefirió quedarse en su club.

Los mimos que le efectuó su nuevo entrenador, Rodolfo Arruabarrena, le bastaron para quedarse a pelear por un puesto en el equipo titular del Matador de Victoria. Ante la dilatación de la operación, Rivoira intuía y reconocía públicamente a mediados de la semana pasada que el pase estaba caído.

Por esa razón, el presidente, Norberto Speciale, y el secretario de Fútbo,, Gonzalo Belloso, empezaron a trabajar en el Plan B. Se comunicaron con sus pares de Lanús y rápidamente se pusieron de acuerdo en sellar el pase de Biglieri, que llega a Central a préstamo por un año. Al cierre de esta edición, el delantero se aprestaba a firmar su vínculo con la entidad canaya. Con su contratación, se cayeron las dos alternativas que se manejaban para cubrir el puesto de atacante por las bandas: Facundo Castillón y Gino Clara.

Biglieri no fue tenido en cuenta por el técnico granate, Gabriel Schurrer, para los trabajos de pretemporada y se encontraba entrenando en forma particular. La pretemporada canaya le servirá para aceitar su estampa física.