Al devaluarse en el comienzo del año las posibilidades de que Central ascienda en la presente temporada, un grupo de dirigentes advirtió de los severos problemas económicos que afrontará la entidad si permanece en la B, proponiendo ante eso la aplicación de un severo programa de reducción de gastos que exige recortes inmediatos en el presupuesto deportivo. El presidente Norberto Speciale analiza por estas horas junto al entrenador Héctor Rivoira la rescisión de los contratos más onerosos que afronta la tesorería. Pero además las iniciativas en debate comprenden la suspensión del pago de primas, jornadas de entrenamientos en doble turno y supresión de comodidades tales como los traslados por vía aérea para jugar en el interior. "Si seguimos así Central no asciende y se funde", diagnosticó uno de los dirigentes que ayer elevaron las inquietudes financieras al presidente.

La paciencia de los directivos se colmó la semana pasada, cuando se presentó en la sede de calle Mitre el papá de Luciano Figueroa a reclamar por la prima vencida del delantero. La exigencia se hizo días después de que Lucho fallara en la ejecución de un tiro penal ante Defensa y Justicia, y cuando ya había indicios ciertos que presuponían la aparición del delantero en el banco de suplentes para el compromiso con Almirante Brown.

A Figueroa no lo atendieron en la sede, pero tras su pretensión un grupo de dirigentes se decidió por planificar los recortes que se deben asumir como plan de contingencia ante la posibilidad de jugar otro año en la B, temor que se fortaleció con las dos primeras presentaciones de Central en el año.

Los dirigentes preocupados por la economía auriazul llevaron ayer su informe a manos del presidente Speciale, quien por estas horas lo estudia junto al manager Gonzalo Belloso. Es que el bisturí financiero propone recortes en el área de fútbol profesional, donde, por ejemplo, el club viene de desembolsar 400 mil pesos para solventar la pretemporada en Mar del Plata.

El proyecto de ahorro tiene sus puntos principales en la necesidad de rescindir "cuatro o seis contratos" de jugadores del plantel profesional, como sucedió en diciembre, cuando echaron a Diego González, José Shaffer --entrena en soledad en Granadero Baigorria por no acordar su desvinculación del club--, Claudio Velázquez, entre otros.

Cristian González y Figueroa son los primeros que integran la lista. Central paga de sueldos 700 mil pesos mensuales, cifra que se quiere llevar por debajo del medio millón. La salida de jugadores se conversaba anoche entre Speciale, Belloso y Rivoira, puesto que se buscaba la venia del entrenador para tomar la drástica disposición en plena competencia.

Lo que no se dialogará con el técnico son las otras medidas sugeridas: hasta la finalización del Nacional B Central pagará los sueldos pero dejará de abonar primas. Es decir que los jugadores no percibirán alrededor del 60 por ciento del contrato, porcentaje que se saldará si el equipo logra el ascenso.

Si el canaya vuelve este año a Primera, a partir de agosto la entidad cobrará por ingresos en concepto de derechos de televisación 17 millones de pesos. Pero si el club de Arroyito posterga para el 2012 el retorno a la máxima categoría perderá dichos privilegios, puesto que en su primer año en la A recibirá apenas 8.300.000 pesos de la TV.

Otras medidas requeridas son la suspensión de los servicios ofrecidos al plantel, como los traslados por vía aérea cuando se deban cubrir trayectos de larga distancia. El viernes Central debe viajar a San Juan y anoche los directivos más decepcionados con los jugadores insistían en bajar al plantel del avión para subirlo a un micro.

El boceto del reordenamiento contable está en manos de Speciale. Y de no aplicarse en los próximos días se anticipan renuncias de dirigentes con cargos relevantes en la Comisión Directiva.