Con la cesión del pase de Diego Braghieri a Lanús, la tesorería de Central se liberó de un contrato oneroso, como el que tenía el defensor, recurso que se volcará a allanar las diferencias con Luciano Figueroa. Anoche Jorge Figueroa, padre de Lucho, acordó con el manager Gonzalo Belloso la continuidad del delantero. Queda por seducir a Jesús Méndez para que regrese, al tiempo que se sumará a un defensor para sustituir al zaguero central que jugará en el granate. Hoy, en Necochea, el plantel canaya afrontará otra jornada de tareas en triple turno.

Figueroa está dispuesto a reconsiderar los números de su contrato para los últimos doce meses. Lo que trababa las conversaciones era la forma de pago de la deuda que mantiene el club con su vínculo. En este punto el padre de Lucho era poco flexible a la financiación del saldo de la deuda. Lo que allanó la discusión fue la salida de Braghieri, quien se fue a jugar un año a préstamo a Lanús, liberándose Central de uno de los contratos más importantes del primer equipo.

Lo que Central no le pagará a Braghieri --Lanús se hará cargo del sueldo del defensor-- se invertirá, en parte, para poner al día a Figueroa, con lo cual Lucho seguirá jugando en Arroyito.

Salvado el conflicto con el delantero, la dirigencia auriazul se lanzará a ir a la búsqueda de Méndez, quien ayer regresó de Brasil, donde estuvo diez días de pretemporada con Boca. Para el técnico Juan Pizzi la vuelta del volante es de relevancia de cara a la confección del equipo titular. Pero la decisión depende solo del jugador, dado que entre los clubes hay acuerdo en las condiciones de la renovación del préstamo. "Jesús (Méndez) tiene que resolver en esta semana qué va a elegir", reconoció Pizzi.