DEPORTES
La posible "administración fraudulenta" en el club de Arroyito
ahora está en la órbita de una Sala de la Cámara de Apelaciones.
Allí, se integró un miembro allegado al ex presidente Vesco.
› Por A.D.
La suerte judicial de los ex dirigentes de Central, investigados por "administración fraudulenta", ya no se discute en un juzgado penal. La última administración liderada por Víctor Vesco es analizada por los miembros de la Cámara de Apelaciones, respondiendo así a la estrategia urdida por los abogados de los imputados. La Sala III debe resolver sobre la excusación presentada por el juez Alfredo Ivaldi Artacho, que se despegó del expediente aduciendo como motivo una nota de Rosario/12 (ver edición del 31 de marzo) y la recusación peticionada sobre el camarista Otto Crippa. Para esto, el cuerpo deliberativo estaba compuesto --extraordinariamente-- de 5 miembros. Pero finalmente se conformó con 7 profesionales, y uno de ellos es ex ladero político del escribano Víctor Vesco.
La causa penal (1065/03) que investiga a la ex Comisión Directiva de Central no deja de entregar episodios insólitos. A los singulares pedidos de recusación --uno contra el camarista Otto Crippa y otro ante el juez en lo Penal de la 10º Nominación-- y la excusación elevada a fines de marzo por el magistrado Alfredo Ivaldi Artacho, se presentó en los últimos días un actor inesperado: el camarista Ernesto Atilio Pangia. Para comprender mejor, vale hacer una ligera crónica de lo sucedido en las últimas semanas.
Finalizadas las citaciones a indagatorias, Artacho se disponía a resolver las situaciones de los ex dirigentes. En ese momento aparecieron en escena los abogados de los imputados, quienes buscan la complicidad de la Cámara para obtener la absolución de sus defendidos. Por tal, presentaron dos recusaciones: una sobre el juez Ivaldi Artacho, que lideró serias investigaciones y dio con pruebas comprometedoras, y otra sobre el camarista Otto Crippa, quien se ha mostrado comprometido a dar con los responsables del vaciamiento institucional del club de Arroyito. Acto seguido, Artacho se excusó a seguir con la causa por una publicación de este medio.
Con lo cual el destino judicial de la demanda presentada en el 2003 por Pablo Scarabino está en manos de la Cámara de Apelaciones, que debe fallar sobre los pedidos de recusación y, principalmente, la excusación formulada por Artacho. Es que si al juez le rechazan la petición (como debería ser por la fragilidad de sus argumentaciones) tendrá que retomar la causa.
En primer lugar la Cámara estaba compuesta de tres miembros. Marginado Crippa, quedaron Elena Ramón, quien fue nombrada con el bautismo del ex senador nacional Horacio Usandizaga, y Martín Navarro, que se encuentra en sintonía a su colega recusado. Frente a esto la Sala III se compuso de 5 miembros. Pero tras la excusación del magistrado lo hizo de 7, quien son los que ahora deben votar sobre el destino del Artacho y Crippa.
Y resulta que uno de ellos no es otro que el camarista Ernesto Pangia, quien en las elecciones de 1991 se postuló como candidato a síndico suplente de Central en una lista que estaba compuesta, entre otros, por Víctor Vesco. Las partes del expediente no pueden inmiscuirse en la formación de la Sala III. Pero a diferencia de Artacho, Pangia sí tiene motivos para dar un paso al costado.
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