Con Gerardo Martino en funciones como entrenador de Ñuls, en el parque Independencia empezaron a escucharse las primeras voces de aprobación. Como las del presidente Guillermo Lorente, quien celrebró que "el Tata abre puertas muy importantes", y las de Pablo Guiñazú, quien se entusiasmó con su vuelta: "Sería la persona más feliz del mundo si le pudiera dar una mano al club", expresó el volante del Inter de Porto Alegre.

El Ñuls de Martino ya está en formación. Y a solo un día de la presentación del Tata en el club ya se advierten cambios. "Tengo una alegría muy grande, gran parte de la gente de Ñuls está muy contenta con esto, es un desafío, es el cierre de un año que no fue bueno y creemos que con esto se puede modificar. De cualquier manera la cosa no pasa por desbordar de alegría ni mucho menos, tenemos que revertir una situación que no es cómoda en lo futbolístico", analizó Lorente.

"La llegada de Martino le abre puertas económicas muy importantes al club, es como si fuera un efecto multiplicador que te genera el ingreso de dinero para un fin determinado como puede ser un jugador, o genera una invitación para jugar un torneo en alguna parte del mundo, fundamentalmente por ahora lo que nos generó es una alegría muy grande", rescató el presidente leproso.

Guiñazú, en cambio, mostró ayer mayor predisposición para avanzar en su contratación. "No me asusta la situación de Ñuls y me gustaría darle una mano", afirmó el volante de Inter de Brasil. "Tuve una charla con Martino. Ya tuve la suerte de estar junto a él en Libertad de Paraguay. Soy de las personas que piensan que hablando las cosas pueden salir. Es difícil mi salida de Inter, pero la charla pudo ser un puntapié inicial", se entusiasmó.