0 Quilmes: Trípodi (5); Carli (4), Sebastián Martínez (4), Agüero (4), Corvalán (4); Leandro Díaz (5), Garnier (4), Mansilla (4); Caneo (4); Cauteruccio (4), Vázquez (4). DT: Omar De Felippe.

1 Central: García (6); Ferrari (6), Lequi (7), Valentini (6), Gerardo Pérez (6); Biglieri (6), Mozzo (7), Méndez (8), Gómez (6); Medina (6), Castillejos (6). DT: Juan Antonio Pizzi.

Goles: PT: 30m Castillejos (C) de penal.

Cambios: ST: Romero por Mansilla (Q), 22m Diz por Vázquez (Q), 40m Peppino por Medina (C), 43m Monje por Biglieri (C), 45m Alderete por Castillejos (C).

Arbitro: Patricio Loustau

Cancha: Quilmes

Desde Quilmes

Para creer en que el juego de Central merece el ascenso directo, el canaya entregó ayer una actuación que recupera credibilidad y sostiene vivo el sueño de sus hinchas. Porque el equipo ganó de visitante, como pocas veces lo hizo en la temporada, pero ante Quilmes, un rival directo en la puja por los dos primeros puestos de la tabla. Tan importante como los tres puntos fue el nivel de la actuación, que mantuvo amañatado al rival en su campo en todo el partido, generando la desesperación de los locales. Al final de la temporada, cuando se haga un repaso de lo mejor del conjunto de Pizzi y se busquen razones para explicar el protagonismo en el torneo, el triunfo ante el cervecero se podrá tomar como una buena síntesis de los atributos del canaya.

En su búsqueda por hacerse un lugar entre los primeros puestos de la tabla, Central dejó atrás el abuso de su condición física para imponerse al rival. El Central de ayer jugó con más atención a su posición en la cancha que a correr compulsivamente hacia adelante.

Fue así como el canaya alejó a Quilmes de su campo, lo dominó teniendo y cuidando la pelota, fórmula que sacó sus mayores réditos para García, a quien no le tiraron a solo remate el arco en toda la primera parte. Fue ese período donde Medina se mostró más reflexivo para dar pases en vez de picar deliberadamente al área, Méndez se sintió a gusto jugando con pelota al pie ante la mirada de Garnier y Caneo, y Mozzo sostenía la posición ofensiva del equipo saliendo al auxilio cuando el balón pasaba al rival.

Con menos vértigo y más intento de juego, los riesgos los asumía el local, que además de no poder responder a la apuesta ambiciosa de los canayas recibía las exigencias de sus hinchas, que a gritos reclamaban el protagonismo cedido.

La primera presencia ofensiva estuvo en los pies de Lequi, con una volea dentro del menor que se fue alta, tras ejecución de una pelota parada. Mucho jugaba Central en el área de Quilmes. Pero poco pasaba. En una acción de presumible intrascendencia el esfuerzo de Medina llevó a que Martínez a estirar su pie tarde, el correntino se cayó y el árbitro marcó penal, que Castillejos convirtió con derechazo cruzado. Central ganaba por llevar el partido al terreno de Quilmes y aprovechar una torpeza del fondo.

Tampoco en el complemento Central perdió su disciplina táctica. Entre Méndez y Mozzo quedaron enredados Caneo, Mansilla y luego Romero. Entonces el juego pasó a terreno confuso, con Quilmes tirando pelotazos para llegar al área y Central abocado a ser prolijo en los avances, aunque carecía de profundidad. Sobraba tensión en Quilmes, faltaban emociones.

Aunque Central pasaría algunos sustos, como cuando Leandro Díaz sacó un cabezazo alto en el área menor que pegó en el travesaño y Facundo Diz probó con remate desviado. Pero fueron jugadas casuales. Si hasta los cerveceros esperaban el pitazo final para asumir de una vez la derrota.