Como si se tratara de una carrera de obstáculos, Central en cara la recta final a pura velocidad, superando todas las vallas con triunfos que lo mantienen liderando la tabla. Primero el equipo se consolidó entre los cuatro primeros, luego fue a la caza de Quilmes, dio alcance a River y con ese andar imparable se animó a dar el salto más largo: alcanzar y superar a Instituto, indiscutido líder del torneo fechas anteriores. Pero todo eso ya quedó atrás. Ahora el canaya se hizo del liderazgo en soledad. Para eso ayer obtuvo el séptimo triunfo consecutivo, ante un Atlético Tucumán que poca resistencia pudo ofrecer. Porque el juego del equipo de Juan Pizzi hace daño en el rival incluso cuando la tarde no sale inspirada en ataque. Abrió rápido el marcador Castillejos y tras una hora de intrascendencia lo definió Biglieri, a diez del cierre, para esperar el final entre saltos y cantos en las tribunas del Gigante.

Todo lo bueno que hizo Central salió cuando había que defender, aunque eso no signifique que el canaya jugó mucho en su campo. El equipo realizó buenas coberturas, habiendo siempre un jugador saliendo al auxilio de su compañero en problemas, tomando el partido forma de desprolijo, básicamente porque el rival carecía de jerarquía.

Atlético Tucumán no encontró el camino al área en ningún jugador. A los visitantes la pelota le duraba segundos en los pies. A Central también, pero por su disposición en salir rápido al ataque. Y fue con los desbordes de Ferrari cuando el equipo generó peligro.

En un centro del lateral Castillejos tiró la diagonal en el área, ganó la posición para cabecear, pero antes de que llegue la pelota Fondacaro lo tomó de la camiseta, en claro penal que Rappallini. Pero el árbitro vio una infracción mucho más grave y le mostró la roja al defensor. Y con derechazo cruzado el goleador del torneo puso a Central en ventaja. La rápida ventaja obtenida le quitó ambición el canaya. Quizá porque Medina no intervino nunca en el juego, un poco porque Ferrari bajó su participación en el campo rival, y también porque los volantes no asumían protagónicos ofensivos, a excepción de Méndez, quien siempre jugó con cabeza alzada buscando el espacio para meter la pelota en el área.

Los tucumanos no pudieron hacer nunca una jugada tocando la pelota. Todo se reducía a los balones detenidos. Y allí sus ejecutantes le tiraban la pelota a García en las manos cuando no se iba afuera.

No había forma de imaginar un gol visitante. Pero como con dos rebotes alcanza en fútbol para superar al rival, los nervios crecían en proporción al avance del cronómetro. Central era sólido en defensa pero corría con fiaca para completar el trabajo en el área rival.

Lo buscó Méndez con asistencias verticales, pero Castillejos quedó fuera de juego por iniciar antes del pase la carrera hacia Dei Rossi. Luego ingresó Monje para hacer lo que no pudo Medina. Y antes Biglieri. Ellos completaron la tarea. El gol lo marcó Biglieri, tras rebote del arquero en remate de Monje.

Central lo controló todo. El partido no tuvo tensión. Nadie se acordó del lesionado Matías Lequi y no hay quién pregunte por Julio Mozzo, ausente hace tres partidos. Al equipo de Pizzi no lo detiene nadie en el torneo. Hace casi dos meses que su andar ganador no tiene respiro. En el camino quedó Instituto, está a cinco puntos, y también River, que quedó a dos.

2 Central: García (6); Ferrari (6), Valentini (6), Peppino (6), Pérez (6); Zarif (5), Vismara (6), Méndez (7), Gómez (6); Medina (5), Castillejos (6). DT:

0 Atlético Tucumán: Dei Rosso (6); Fondacaro (-), Barone (5), Mosset (5), More (5); Salvatierra (4), Iuvalé (5), Montiglio (4), Barrionuevo (4); Longo (4), Mariano Martínez (5). DT: Juan Manuel Llop.

Goles: PT: 17m Castillejos (C) de penal (C). ST: 36m Biglieri (C).

Cambios: ST: 15m Biglieri por Zarif (C), 21m Herrera por Montiglio (AT), Fernández por Barrionuevo (AT) y Monje por Medina (C), 31m Palacios por Salvatierra (AT) y 39m Rivarola por Castillejos (C).

Arbitro: Fernando Rappallini

Cancha: Central

Expulsado: PT: 16m Fondacaro (AT).