2 San Martín (SJ): Corti; Alvarez, Mattia, Grabinski, Mas; Bogado, Bustos, Poggi; Carrusca; Caprari, García. DT: Facundo Sava.

1 Ñuls: Peratta; Vergini, López, Pellerano, Vangioni; Pablo Pérez, Bernardi, Villalba, Figueroa; Muñoz, Urruti. DT: Gerardo Martino.

Goles: PT: 1m García (SM), 26m Caprari (SM) y 31m Pablo Pérez (Ñ).

Cambios: ST: 14m Tonso por Villalba (Ñ), 20m Affranchino por Bogado (SM), 21m Aquino por Urruti (Ñ), 32m Canuto por Carrusca (SM) y Sperduti por Figueroa (Ñ) y 40m Wagner por Poggi (SM).

Arbitro: Juan Pablo Pompei

Cancha: San Martín de San Juan

Expulsado: ST: 36m Vangioni (Ñ).

En el tramo final del torneo Ñuls se quedó sin juego defensivo y dejó escurrir en cuatro fechas el liderazgo que asumió en el Clausura a consecuencia de una destacada campaña. En los últimos cuatro partidos a la lepra le marcaron nueve goles, seis de ellos de cabeza, lo que explica cómo el rojinegro cedió espacio en la tabla, entregando anoche, en San Juan, su última esperanza por alzarse con el título. El rojinegro no se repuso nunca de una media hora llena de fallas, donde San Martín le marcó dos goles de cabeza. El descuento llegó rápido, pero en el segundo tiempo el equipo se perdió entre nervios, pelotazos y pases mal dados. El rival, en cambio, se quedó con tres puntos que lo ponen cerca de la permanencia.

El empate no tenía valor para ninguno. Para Ñuls el triunfo significaba la punta; para San Martín de San Juan la posibilidad de la permanencia. Esas necesidades influyeron directamente en el juego, abriéndose un partido donde se iba de un ataque a otro. Y en la batalla del golpe por golpe, extrañamente, fue la lepra el que tropezó más veces.

Otra vez Ñuls lució vulnerable en defensa. San Lorenzo le hizo tres goles de cabeza, uno Independiente, y ayer dos San Martín, con centrales con marcas perdidas y Peratta inmóvil debajo de los tres palos.

Al minuto de juego cabeceó García en el área chica para poner al local rápidamente en ventaja en el marcador. Aquel descuido se reiteraría: Caprari cabeceó en soledad en el área menor y anotó el segundo.

El partido tuvo una particularidad que afectó la propuesta de juego por abajo que propone Gerardo Martino: un campo de juego desnivelado, visiblemente afectado por la primeras heladas del otoño.

Entonces Ñuls cayó en la confusión, viéndose al equipo impotente con la pelota, al punto de tirar pelotazos perdidos a los delanteros. Se serenó la lepra cuando Pablo Pérez descontó al dominar una pelota que le cayó al pie en un tiro libre y definir en el mismo movimiento, antes de que Corti ensaye el paso hacia delante.

A pesar de lo fallido que lució la lepra para jugar al fútbol, las debilidades del rival, que además mostró a muchos suplentes por lesiones y suspensiones de los titulares, dejaban la esperanza intacta para los rojinegros en el segundo tiempo.

Pero se jugó poco al fútbol en el segundo tiempo. Repetidas infracciones no le daban continuidad a las jugadas y encima Ñuls dejó de tener a Pablo Pérez como conductor. Los ingresos de Tonso y Aquino no alternaron el trámite del encuentro. Un penal cometido por Bustos a Muñoz fue lo más reclamo por los rojinegros, por sobre todo Martino, que no ocultó nunca el disconformismo por el arbitraje.

Pompei tuvo una mala noche. Pero también Ñuls, que no mostró paciencia para construir juego. Al jugar a las corridas casi que no llevó peligro al área rival. De hecho, no hubo remates al arco en el segundo tiempo a pesar del dominio del balón que ejerció el rojinegro.

Problemas defensivos similares a los mostrados en los últimos tres partidos lo llevaron anoche al equipo del Tata a una nueva derrota, sin dudas la más dolorosa, porque con ella Ñuls se apartó de la pelea por el título.