El abrazo que días atrás se dieron Guillermo Lorente, presidente de Ñuls, y Norberto Speciale, titular de Central, para anunciar el regreso de clásicos amistosos era consecuencia de una fluida relación entre las instituciones que se quebró, insólitamente, el pasado fin de semana, con los barras rompiendo los acuerdos. En el parque Independencia los hinchas se burlaron de la suerte auriazul en pleno partido con Lanús, animando una escena de "fantasmas" corriendo a un simpatizante canaya; y en Arroyito contestaron mostrando en San Juan un trapo que pertenecía la barra leprosa. La Justicia investiga responsabilidades por el acceso al campo de juego de los leprosos, y está a la búsqueda de la bandera robada del Coloso en 2010. Estas disputas pueden derivar en la cancelación de los clásicos.

Al iniciarse el partido de Ñuls con Lanús ocho plateístas con mamelucos blancos que se hicieron pasar por "fantasmas" ingresaron al campo de juego corriendo a otro hincha con una bandera de Central, en alusión al presente de los canayas en la B. Las imágenes de la escena armada muestran inacción de la policía, como así también de la seguridad privada. No hubo detenidos, pero al empleado de Utedyc que abrió el portón se le tomó declaración y asumió su responsabilidad, por lo cual no volverá a trabajar en Ñuls, según anticipan en el club.

La escena de los "fantasmas" llevó a Speciale a poner en duda los clásicos anunciados para el 22 y 29 de julio. Pero la barra canaya lució la bandera rojinegra con la leyenda "40.000 de visitante" en San Juan, que fue robada de las instalaciones del Coloso del Parque en setiembre de 2010. Las cámaras del club rojinegro tomaron el momento del robo, realizado por una facción de la barra rojinegra enfrentada a Diego Ochoa, capo de la popular, para así debilitar su liderazgo en el paraavancha entregando el trapo a Andrés "Pillín" Bracamonte, jefe de la barra canaya, quien se mofó de los leprosos con videos subidos a Internet donde lucía en su poder el trapo mostrado el sábado.

La policía de San Juan localizó la bandera luego de finalizado el partido con Desamparados en un auto particular que no era conducido por barras. Pero enterado "Pillín", el capo de la hinchada canaya cortó el tránsito en la ruta cruzando los seis micros de la barra, logrando así que las autoridades policiales sanjuaninas le devolvieran el trapo. Pero ahora es el juzgado que entiende en la denuncia por el robo en Ñuls el que ordenó a la policía rosarina la búsqueda de esa bandera.

Pero si no hay conciliación entre las instituciones, los clásicos amistosos de julio se suspenderán, aunque los organizadores ya adelantaron a cada club 250 mil pesos.