Lo de Central no es mala suerte. Tampoco son detalles los problemas de su juego. Lo del canaya es grave porque no entrega señales de evolución. Miguel Russo ya probó 25 jugadores en doce partidos. En la desesperación, ayer tiró en cancha al juvenil Walter Acuña, delantero de la cuarta que semanas atrás le había marcado tres goles a Ñuls. Acuña saltó al campo de juego para ver si podía romper la paridad con Ferro, en un partido donde Central sufrió en la primera parte y se mostró inepto en la segunda, cuando el rival decidió jugar refugiado en su campo. Y pasó que el partido dejó a un auriazul saliendo al ataque en cada pelota como si tuviera una urgencia, lanzando pelotazos cruzados para ver si alguna pelota quedaba perdida. Pero el fondo rival no falló y el empate no hace más que subir la gravedad del cuadro clínico de Central, para el cual Miguel Russo parece ya no tener la receta.

¿A qué quiere jugar Central? ¿Cuáles son sus intenciones en el campo de juego? Más allá de la tensión que rodea al equipo ante tanta frustración acumulada, lo que martiriza es la orfandad con que juega Nery Domínguez, y hasta Jesús Méndez, por citar dos buenos jugadores del plantel. Ayer llegó Ferro, y como muchos otros clubes, los de Caballito encontraron alegrías en el Gigante.

La sonrisa la trajo Pereyra Díaz, aprovechando una pelota perdida fuera del área para sacar un remate al primer palo ante la atenta mirada testimonial de Lagos, Encina y el propio Caranta. El gol servía para marcar diferencias entre un Ferro con buen toque de pelota, conducido por Acuña, y un Central que solo se expresaba en terreno rival con centros verticales a un Coniglio con marca al lado.

Pero no dejó Central que la rabia de sus hinchas comience a sonar en los cánticos, que Medina sacó a todos del sofocón con un extraño tanto: yendo de izquierda a derecha sacó un derechazo de 30 metros que encontró a Carranza mal parado, y por tal sin capacidad de reacción. El empate proponía a Central a empezar de nuevo, en partido que tuvo a Talamonti pidiendo a los pocos minutos el cambio por nueva lesión.

El tanto de la igualdad no vino con envión emocional en la continuación del partido. A veces las ganas y el fervor logran disimular limitaciones, al menos algunas. Pero en el segundo tiempo Central no fue más que un concierto de errores, con jugadores sin saber qué hacer con la pelota y el equipo deambulando sin orientación, en imagen que se repite con el paso de los partidos, en un proceso que no deja de involucionar.

Aunque el complemento fue muy diferente. Porque cuando Ferro perdió a Acuña por lesión ya no volvió a atacar, entregando todo protagonismo a Central, y allí fue donde se vio lo peor del equipo de Russo: sin ideas, sin juego con pases, carente de individualidades que desequilibren, sin velocidad ni talento. En fin, un equipo sin sorpresas.

Es por eso que Central no pudo generar una situación en el área de Ferro para Conoglio en toda la segunda parte. Cuanto más atrás estaba Ferro, más inseguro se mostraba el canaya al verse nítidamente expresadas sin limitaciones.

1 Central: Caranta (6); Ferrari (5), Talamonti (﷓), Valentini (5), Delgado (5); Encina (4), Domínguez (5), Méndez (5), Lagos (4); Medina (5), Coniglio (4). DT: Miguel Russo

1 Ferro: Carranza (5); Martínez Montagnoli (5), Berza (5), Desvaux (5), De Miranda (5); Dolci (4), Carabajal (5), Torres (4), Acuña (6); Pereyra Díaz (6), Miranda (5). DT: Carlos Trullet

Goles: PT: 23m Pereyra Díaz (F) y 28m Medina (C).

Cambios: PT: 12m Peppino por Talamonti (C). ST: 19m Carrizo por Encina (C), 22m Amoroso por Dolci (F), 25m Leandro Fernández por Pereyra Díaz (F), 29m Larrea por Acuña (F) y Walter Acuña por Medina (C).

Cancha: Central

Arbitro: Mauro Vigliano