Sábado, 10 de noviembre de 2012 | Hoy
DEPORTES › AUNQUE DOMINó EL PARTIDO, ÑULS NO PUDO VENCER A QUILMES
Buscó el gol con la misma dedicación en el primer minuto como en el último. Empujó, nunca con pelotazos, siempre llevando el balón por abajo, pero el equipo no genera riesgo en proporción a los ataques que ensaya.
Por Alejo Diz
0 Ñuls: Guzmán (6); Cáceres (5), Vergini (6), López (6), Heinze (6); Pablo Pérez (5), Villalba (6), Bernardi (6); Muñoz (5), Scocco (5), Maximiliano Rodríguez (6). DT: Gerardo Martino.
0 Quilmes: Trípodi (7); Serrano (4), Olivera (5), Goñi (5), Lima (5); Leandro Díaz (5), Cobo (5), Romero (5), Mansilla (5); Cauteruccio (5), Diz (4). DT: Omar De Felippe.
Cambios: ST: ST: 12m Mandarino por Serrano (Q), 35m Urruti por Muñóz y Leandro Torres por Pérez (Ñ), 41m Elizari por Cauteruccio (Q) y 44m Mattos por Romero (Q).
Arbitro: Germán Delfino
Cancha: Coloso del Parque
Entre toques, circulación y la conducción de Lucas Bernardi, Ñuls ejerció ante Quilmes un monólogo, y como tal marcó el ritmo de juego, generando casi un avance por minuto. Pero ante tanto predominio, la lepra perdió sorpresa, repitiendo movimientos ante un rival bien parado y con jugadores sin fallas en las marcas individuales. Así y todo, Emanuel Trípodi fue figura, desviando pelotas con destino de gol, y sosteniendo un empate que le cortó al rojinegro un racha de cinco triunfos consecutivos en el Coloso del Parque.
Ñuls fue fiel a sus ideas durante los 90 minutos. El equipo iba hacia donde lo llevaba Bernardi, con sus pases indicativos de por dónde avanzar, ampliaba juego por los costados, parado todo el equipo en posición de ataque. Esa forma de jugar con la pelota sin detenerse es la mejor defensa: a Ñuls no le generan situaciones de gol, aunque cuando el rival se atrevía a poner la pelota por abajo, como lo intentó por ratos Mansilla y Leandro Díaz, cuando Bernardi y Villalba se tomaban un respiro, Guzmán fue llamado a intervenir.
Ese juego mecanizado de Ñuls ayer careció de sorpresa. Porque Bernardi no encontró el pase al vacío, Scocco no tuvo ninguna en soledad dentro del área y los centros eran ganados generalmente por los defensores de Quilmes. El equipo de Martino no fue tozudo y al ver los caminos vedados al área probó con remates de larga distancia: Trípodi voló para desviarle un remate de Scocco y después puso el pecho para rechazar un repentino zurdazo de Heinze.
Fue mejor lo de Ñuls en el segundo tiempo. Porque hizo más posesión de pelota, tuvo a Maxi Rodríguez involucrado en todos los avances y logró acercarse un poco más a Trípodi. Pablo Pérez lo perdió de cabeza, luego el volante derecho falló ante un mano a mano con el arquero y Maxi Rodríguez la tocó por arriba, pero Trípodi llegó a desviar con mano.
Esa mejor producción ofensiva del segundo tiempo, incluso con Muñóz más punzante, llevó a Martino a postergar los cambios para el cuarto de hora final, ante un estadio con ansiedad duplicada por el empate previo de Belgrano con Argentinos que mantenía a Ñuls como único puntero.
De igual modo, el rojinegro no desesperó nunca. Buscó el gol con la misma dedicación en el primer minuto como en el último. Empujó, nunca con pelotazos, siempre llevando el balón por abajo, pero el equipo no genera riesgo en proporción a los ataques que ensaya.
Hasta que el partido se acabó, con Ñuls haciendo visible su mayor debilidad: es el equipo con menos goles a favor (14) entre los cinco primeros de la tabla, y a pesar de que lo tiene a Ignacio Scocco, el goleador del Inicial con nueve tantos. Y los hinchas dejaron el parque Independencia preguntando si Vélez le quitaría todo valor al punto con Quilmes.
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