3 Ñúbel: Guzmán (6); Díaz (5), Vergini (6), López (6), Casco (6); Pablo Pérez (6), Villalba (6), Tonso (6); Maximiliano Rodríguez (7), Scocco (8), Figueroa (6). DT: Gerardo Martino.

1 Deportivo Lara: Liebeskind (6); Colmenares (4), Maidana (5), Rey (5), Mosquera (4); Colina Silva (5), Marlon Fernández (5), Suanno (5); Jesús Gómez (4), Valoyes (4), Ocanto (6). DT: Lenín Bastidas.

Goles: PT: 3m Pablo Pérez (Ñ) y 41m Scocco (Ñ). ST: 33m Pérez Greco (DL) y 43m Scocco (Ñ).

Cambios: ST: 13m Pérez Greco por Gómez (DL), 18m Bernardi por Maximiliano Rodríguez (Ñ), 22m Mea Vitali por Colina Silva (DL), 28m Muñóz por Tonso (Ñ), 34m Orzan por Pablo Pérez (Ñ) y 40m Castellín por Valoyes (DL).

Arbitro: Raúl Orosco (Bolivia)

Cancha: Coloso del Parque

Ignacio Scocco marcó dos goles de tinte europeo, uno para ampliar ventajas, el otro para ahogar murmullos. Maximiliano Rodríguez fue quizás el mejor con la pelota, jugando en espacios vacíos y orientando al equipo con sus toques. El resto del equipo mantuvo el nivel que viene sosteniendo de un tiempo a esta parte, el que lo llevó a pelear con decisión por el pase a los octavos de la Libertadores y el torneo Final. Deportivo Lara interpretó un papel secundario, y más allá de un cierre con suspenso, ayer la lepra ganó por goleada y ofreció una actuación a tono con la jerarquía que demanda el certamen para quedar entre los 16 mejores.

Ñúbel tendrá que pelear su clasificación el próximo jueves, en Asunción, ante Olimpia. Lo que logró ayer, además de los tres puntos, fue una actuación que dio continuidad a su triunfo en Santiago de Chile ante Universidad, ofreciendo créditos para colarse entre los mejores de la Copa.

La jerarquía de Ñúbel se vio en el plano colectivo, como la elaboración de su primer gol, y en el plano individual, tarea que estuvo a cargo de Scocco y Rodríguez. Lo del goleador leproso llegará más tarde. Antes, la Fiera llevó con sus pies al equipo a la ventaja, en triangulación que encontró epílogo en pase atrás para gol a la carrera de Pablo Pérez.

Iban pocos minutos y Ñúbel desplegaba su mejor fútbol, por la precisión de sus pases y la verticalidad, dejando en evidencia sus atributos, en contraste a las limitaciones de los venezolanos.

Deportivo Lara jugó sus fichas al contragolpe, y cuando la salida era por Ocanto, los ataques llegaban hasta Guzmán, quien se hacía cargo de las grietas abiertas entre López y Vergini. Pero aquello la lepra lo pudo corregir, y el partido generalmente transitó en el dominio de los rojinegros. Y cuando el rojinegro daba pases verticales, las situaciones se sucedían.

Todas las jugadas terminaban en los pies de Tonso. Y en todas Tonso fallaba en la definición. Pero cuando Figueroa probó con un pase profundo a Scocco, la lepra llegó al segundo. Porque Scocco no falla y se da el gusto de hacer goles imposibles: entró al área en diagonal, trastabilló al chocar con la marca, flexionó al máximo sus rodillas, y antes de caer picó la pelota por sobre el cuerpo del arquero, en ángulo cerrado, descubriendo el segundo palo, en genial definición.

Era cómodo el triunfo leproso. Será por eso que el segundo tiempo el rojinegro bajó la intensidad. Tonso perdió dos claras situaciones de gol, ya con el equipo jugando de contragolpe ante la desesperación de Lara.

Pero Ocanto nunca se dio por abatido en el partido. Y de su perseverancia nació el descuento de los visitantes, en centro atrás que conectó Pérez Greco para superar a Guzmán con remate alto.

De pronto, un partido de fácil resolución encuentra a la lepra sin margen para el error. Temores despejados por Scocco, en corrida espectacular con gambetas, enganches y remate cruzado para acabar con la discusión y sellar la victoria leprosa, que deja a Ñúbel más cerca de los octavos.