3 Ñúbel: Guzmán (6); Cáceres (5), Heinze (5), Vergini (5), Casco (5); Pablo Pérez (6), Bernardi (6), Cruzado (5); Tonso (5), Scocco (7), Maxi Rodríguez (7). DT: Gerardo Martino.

1 Godoy Cruz: Ibáñez (7); San Román (5), Sigali (5), Sánchez (5), Fernández (5); Castellani (5), Lértora (5), Angileri (5); Castro (5); Castillón (6), Obolo (5). DT: Martín Palermo.

Goles: PT: 24m Obolo (GC) y 27m Scocco (Ñ). ST: 20m Sánchez (GC) en contra y 25m Scocco (Ñ) de penal.

Cambios: ST: 19m Zuqui por Castellani (GC), 26m Mateo por Pablo Pérez (Ñ), 35m Cooper por Castro (GC) y Figueroa por Tonso (Ñ), 41m Urruti por Scocco (Ñ) y Salinas por San Román (GC).

Arbitro: Diego Abal

Cancha: Coloso del Parque

Por Alejo Diz

A falta de cinco minutos para el final, Ñúbel había marcado tres goles y cometido dos faltas. Estos dos datos son testigos fidedignos del juego de la lepra y con ellos se puede explicar por dónde pasó la tarde de fútbol, en la cual ayer el equipo de Gerardo Martino volvió a repetir tropiezos defensivos, mostrándose accesible, peor aún ante un rival ambicioso y que lo puso entre las cuerdas durante casi una hora. Lo que pasó después es que prevaleció el juego de ataque en triangulación, soltando el rojinegro otra actuación para la admiración. Estuvieron los goles de Scocco, y Pablo Pérez forzó un tanto en contra de Nicolás Sánchez para golear un partido que lo empezó perdiendo y lo terminó celebrando, porque la victoria devolvió a la punta del Final.

Decir que Ñúbel se repite en cada partido, es decir que el equipo mantiene su mejor nivel. Todo lo que hay que ver de este Ñúbel es su poderío ofensivo, avanzando en rotación y a un toque. Se puede tomar como ejemplo la jugada en pases de primera sobre el borde del área que cerró con volea desviada de Tonso, o la que Casco ingresó al área menor tras pared con Scocco que llegó a despejar Sigali, y también abrió caminos la lepra con corridas por los laterales, como en la acción en que un centro de Cáceres fue cabeceado por Scocco y debió esforzarse Ibáñez para desviar.

Lo que también hay que ver en Ñúbel, pero con ojos críticos, es como defiende, y las dudas que aparecen entre las espaldas de Bernardi y los centrales. De ese espacio se apropió Castillón, generando incertidumbre en el Coloso en cada ocasión que le llegaba la pelota. El ex Tiro Federal estuvo cerca de clavarla en el ángulo y luego dejó a Obolo frente a Guzmán con centro pasado a la izquierda, el uno de Ñúbel fue a la búsqueda del delantero en vez del palo, y el goleador mendocino puso a Godoy Cruz en ventaja con zurdazo bajo al palo más cercano.

Los visitantes podían justificar la diferencia por su disposición agresiva. Pero en el fondo era poco lo que podía sostener el marcador. Más aún con Ñúbel encontrando rápido desahogo con tiro libre de Scocco que ingresó por el palo de la barrera, jugada ensayada similar a la ejecutada por Casco ante Racing.

Pero en el segundo tiempo la lepra se adueñará en su totalidad del partido, ya con la visita con menos libertades para el contragolpe. Y la búsqueda incesante mostrará como conductor a Maximiliano Rodríguez, apareciendo por un lado y por el otro, mientras todo Ñúbel jugaba con la pelota en sus pies. Una de ellas calló en Pablo Pérez, y a pesar de su errática pegada, el balón lo empujará al fondo Nicolás Sánchez, tocando involuntariamente al caer en su esfuerzo por despejar. Antes Ibáñez le negó el tanto de cabeza a Tonso y el propio Pérez lo perdió al dudar un segundo frente al arco.

Castillón ya no era gravitante, Ñúbel profundizó su juego y se encaminó a un final sin temores al romper la paridad de sus singulares estadísticas: Zuqui tomó a la Fiera en el área, y Scocco, con toque a la derecha, marcó el tercero, en un equipo que apenas había cometido dos infracciones. Y así, haciendo más goles que faltas, Ñúbel volvió a la punta.