3 Arsenal: Limia; Pirez, Echeverria, Nervo, Milo; Montero, Esmerado, Zuculini, Aguirre; Rolle; Zelaya. DT: Martín Palermo

Cancha: Arsenal

Pocas veces jugó Newell's tan mal en defensa como ayer. Arsenal lo perdonó en varios tramos del partido, al punto de que el equipo dirigido por Lunari logró remontar una desventaja de dos goles, aunque soportó el 3 a 2 final a pocos minutos del cierre. La Lepra se mantuvo en cancha gracias a la gran tarea de Guzmán y, en menor medida, a la conducción que por momentos entregó Banega.

Demoró 20 minutos en disputar el partido Newell's. Hasta ese momento, fue un equipo sombrío, inconexo en todas sus líneas y con graves fallas en defensa. No supo cómo contrarrestar a un rival que tiene como argumento principal, y harto conocido, el buen uso de la pelota detenida. Perdido y hasta dormido en el campo, el rojinegro se encontró dos goles abajo cuando habían transcurrido solo seis minutos de partido. Ambos tantos, convertidos por el defensor Echeverría, fueron de elaboración calcada. Córner desde la derecha, desatenciones increíbles para la aparición fulgurante y sorpresiva del central. En el segundo tanto, casi como una acción amateur, Guzmán no ubicó ningún jugador a marcar el primer palo, la pelota dio en el vertical y en el rebote facturó el goleador sorpresivo de Arsenal.

Tras ampliar la ventaja, el local dispuso de tres chances claras para convertir el tercero, remate de Rolle en el palo incluido. Newell's estaba para el cachetazo, sin exagerar. Pero en una acción aislada, Banega, el mejor del equipo en las últimas semanas, se calzó el traje de armador y asistió magistralmente a Muñoz, que definió bien a un lado de Limia. La Lepra estaba en carrera, resucitaba tras un comienzo espantoso.

Con el descuento, el partido perdió intensidad, pero el equipo dirigido por Lunari ganó en orden y manejo de la pelota. No inquietó con profundidad a Arsenal, pero tuvo un buen tramo donde se sintió más cómodo en cancha. No obstante, seguía sin resolver su problema mayor: la facilidad con la cual quedaban expuestos los defensores. Casi toda la línea penaba y padecía ante los ataques del local.

Aunque Arsenal tenía mayor profundidad, el juego se emparejó en el segundo tiempo. Guzmán se lo tapó al ex Central Zelaya y el local no lo pudo liquidar en el despertar. Pero el trámite se mantenía parejo. Newell's dominaba en tenencia, intentaba ser prolijo y elegía la banda derecha, desde la subida de Casco, para aproximarse a Limia. En posición de nueve, Muñoz lo perdió sin marca tras una escalada del lateral. No con la repentización que suele tener por izquierda, pero Casco era la alternativa más fiable para la Lepra en ataque. Solo le faltaba encontrar más socios.

A pesar de encontrarse más cerca del empate, el equipo rojinegro no resolvía sus falencias defensivas. Zelaya dilapidó una cantidad innumerable de situaciones. La más clara dio en el palo tras un centro rasante desde la izquierda. El no haber anotado en esa acción tuvo su castigo en el área opuesta, cuando Ponce fue derribado por Nervo. Maglio pitó penal y Bernardi lo ejecutó de manera perfecta al ángulo derecho. Newell's remontaba el resultado, llegaba al empate y no se conformaba. Lunari buscó renovar el aire y mandó a la cancha a Trezeguet y Tonso.

El cierre se tornó desdibujado. Ambos perdieron precisión, sin embargo Arsenal, a pesar de contar con menos elaboración, miraba más de cerca el desnivel. En los cambios que introdujo, Palermo tuvo la llave para la victoria. Sperduti inquietaba y preocupaba por derecha, pero fue el juvenil Cardozo quien desbordó por izquierda y, tras un rebote, Zelaya la clavó abajo. El mismo que pudo haber marcado el tercero mucho, muchísimo antes. Newel's pagaba muy caro, aunque merecido, su descalabro defensivo. Pudo ser peor.