DEPORTES › LA LEPRA PASó A SEMIFINALES DE LA COPA SANTA FE
Los pibes de la Lepra y el Canaya volvieron a empatar en 0, en un clásico dominado por la chatura de ambas propuestas y el miedo a perder. Al final, los visitantes se quedaron con el festejo en los penales e irán por Sportivo Las Parejas.
› Por Pablo Fornero
Los pibes de Newell's enmudecieron el Gigante de Arroyito al vencer 5 a 3 por penales a Central, luego de otro cero a cero chato y aburrido, en el cual no se sacaron ventajas. Desde los doce pasos, todos los jugadores rojinegros anotaron sus remates, mientras que Pilone fue el único en marrar en el quinteto canaya. La Lepra avanzó a las semifinales de la Copa Santa Fe y enfrentará, en procura de llegar a la final, a Sportivo Las Parejas, que venció ayer a Central Córdoba.
No tenían margen, ni uno ni otro. El empate en cero, abúlico, en el Coloso obligó a canayas y leprosos a no especular para alcanzar el objetivo de avanzar de ronda en la Copa Santa Fe. Central, con la presión de la localía y el apoyo contundente de sus hinchas, tuvo dificultades para hacer pie en el inicio. En cambio, Newell's se sintió levemente más cómodo. Firme en el fondo, dispuesto a despegar de contragolpe, tuvo sus chances en los pies de Rivero y Martínez. Cuando pasó el sofocón, el local respondió con un cabezazo de Alarcón que se fue cerca.
Pero el despliegue y las buenas intenciones ofensivas de los dos duró lo que un suspiro. La fricción, las patadas en realidad, le ganaron la partida al fútbol y el partido cayó en un pozo profundo. La pelota no circulaba con facilidad y se quedaba más de lo que debía en la zona media de la cancha. El pelotazo sin sentido llegó para quedarse y no había individualidad que supere la medianía. Ledesma, atento, neutralizó con los pies una corrida de Rotondi. Eso fue lo más peligroso. El partido era muy discreto.
Central empezó a imponerse en las divididas en el último cuarto de hora. Pero los metedores luego no se asociaban con los creativos, entonces el recupero no se transformaba en chance de gol ante Unsain, que descansaba tranquilo. Becker, casi en un mano a mano, eligió tirarse para inventar un penal antes que definir. No hubo más que eso en los primeros 45 minutos. Bajo el peso de una presión comprensible, ninguno de los 22 juveniles torció la tónica y el clásico de las reservas se encaminó a una resolución por penales. Salvo una sorpresa, no había otra.
En el complemento, pese a ser visitante, Newell's salió más decidido y firme a romper el cero. Vojvoda soltó a los laterales, sobre todo al aplomado Valenzuela. El 3 quedó mano a mano con Ledesma, pero increíblemente la tiró afuera. Luego Rotondi pifió en el punto del penal con todo a su favor. A los 15 minutos, Valenzuela otra vez tuvo la suya: remató desde afuera y el arquero la sacó a un costado. Cuando no le ganaba el nerviosismo, la Lepra crecía a buen pie, preciso en el toque, aunque carente de definición. Fernández movía el banco de suplentes canaya, pero no encontraba respuestas.
Sin embargo, al igual que en la primera etapa, el tramo atractivo fue efímero. Al no poder marcar, Newell's se volvió a replegar, bajó la intensidad y no presionó tan arriba. Central se alivió y les metió un dejo de presión a los defensores leprosos. No solo eso, tuvo sus chances. Mansilla complicó a Unsain con un remate llovido y el arquero, luego, despejó un tiro libre difícil de controlar que Pilone disparó. A la postre, fueron las más claras que tuvo el Canaya en todo el partido, aunque con menor peligrosidad que las de su rival. Rivero se fue expulsado por juego brusco en el rojinegro, que apostó a bancar el empate.
Ríspido, violento por momentos, el clásico del Gigante se diluyó como el del Coloso. Un partido que tuvo momentos de intensidad, casi de buen juego, pero que no pudo salir de la mediocridad, de la chatura y de la presión que sufrieron los pibes. Por eso, fue inevitable la llegada de los penales para definir este semifinalista de la Copa. En la instancia decisiva nadie desentonó. Todos tuvieron justeza y calidad para rematar. A Pilone lo traicionó el travesaño. Los pibes de Newell's celebraron desaforados, en un estadio en silencio. Al fin y al cabo se dieron un gran regalo.
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