3 Newell's: Pocrnjic; Advincula, Formiliano, Moiraghi, Voboril; Amoroso, Mateo, Quignon, Formica; Scocco, Rodríguez. DT: Diego Osella.
1 Atlético Tucumán: Lucchetti; Rosales, Bianchi, Sbuttoni, Cáceres; Acosta, Leyes, Villalba, Barbona; Menéndez, Mendoza. DT: Juan Manuel Azconzábal.
Goles: PT: 19m Scocco (N), 28m Formica (N), ST: 12m Scocco (N), 37m Menéndez, de penal (AT).
Cambios: ST: Desde el inicio González por Mendoza (AT) y Aliendro por Acosta (AT), 25m Isnaldo por Rodríguez (N), 29m Figueroa por Formica (N), 38m Sampedri por Villalba (AT), 43m Domínguez por Formiliano (N).
Arbitro: Ariel Penel.
Cancha: Coloso del Parque.

Cuando el entrenador lo reclamaba, después de un magro partido como el de Junín la semana pasada, Newell's borró de la cancha a los tucumanos de Atlético, jugó un gran partido y recuperó en formidable nivel a Scocco -autor de dos goles- y Formica. Así llegó a la punta del torneo a la espera de que juegue hoy Estudiantes. Scocco, goleador del certamen. Todo es sonrisa en el Parque Independencia.

Amoroso de nueve, como reemplazante de Matos, fue la elección sorpresa de Osella en el inicio. Acostumbrado a jugar de volante por derecha, el ex Olimpo le dejó la zona ofensiva del mediocampo al trío de nacidos en las inferiores: Formica, Rodríguez y Scocco. Y si bien Amoroso duró lo que un suspiro como centrodelantero, la idea del entrenador resultó más que acertada. Porque con la intención de generar sociedades constantes entre los tres distintos que tiene el plantel su equipo creció al punto de desplegar el mejor juego que haya mostrado en el certamen.

Pero para que funcione el engranaje creativo se precisa un esfuerzo extra de los que se encargan de la contención. Y en ese aspecto fue clave el aporte de Quignon, como rueda de auxilio de Mateo, pero también como asistente preciso de los de arriba. Antes de los 20 minutos, el ex San Lorenzo robó bien atento la pelota en campo tucumano, asistió a Maxi, quien tocó a Scocco para que, recuperado y pleno, convierta su tercero en el torneo.

Newell's ganaba y jugaba su mejor partido en varios meses, y pese al estilo cauteloso de Osella, iba por más. Aprovechaba que Atlético estaba dormido, sometido a su buena intensidad. Antes de la media hora apareció Formica, otro que está totalmente renovado y en gran nivel. Pero el iniciador de la jugada fue nuevamente Quignon, quién robó y tocó claro a Maxi. Lucchetti le ahogó el grito al ex selección y el rebote le quedó a Formica, que cabeceó al gol. La lepra completaba una gran etapa y sus hinchas deliraban como no se recuerda en el corto plazo.

Luego de semejante producción, el rojinegro bajó un cambio como era de esperar. Pero no le entregó la pelota a la visita, para nada. Se plantó en campo contrario, firme y apostó a cuidar la tenencia. Quignon y Mateo no retrocedieron y los habilidosos de adelante siguieron activos, movedizos y pidiéndola permanentemente. Así, la victoria por dos goles de ventaja no corría peligro. Atlético fue una sombra, si bien llegó a Rosario tras perder de local por primera vez en 32 partidos demostró más de una vez que es un equipo que no se cierra en su propio arco. Ayer, no lo demostró y quedó reducido a migajas por los de Osella.

Para eso hay un gran mérito de la lepra, es verdad. Y un gran porcentaje de ello se le ganó el entrenador. El ex Olimpo, castigado por conservador y defensivo, recuperó a Formica y Scocco, no es menor. El enganche se paseó en lujos, hizo un gol y se retiró ovacionado. Nacho marcó el tercero tras una falla de Lucchetti y se convirtió en el goleador del torneo. Cerró el partido y desató el festejo tranquilizador en las tribunas.