0 CENTRAL: Alvarez 5, Moreira 5, Raldes 7, Imperialle 5, Garcé 5, Ríos 5, Ledesma 4, González 6, D. Díaz 5, Belloso 5, Arrechea 6. DT: Carlos Ischia

2 ARSENAL: Cuenca 8, Gandolfi 5, Ruiz 4, Sekagya 6, Yacuzzi 5, Figueroa 5, San Martín 5, J. Ortiz 5, Llama 5, Raymonda 5, Obolo 4. DT: Gustavo Alfaro

Goles: PT: 3m Figueroa (A) y 40m Sekagya (A).

Cambios: ST: 18m Alemanno por Moreira (C), 19m Garnier por Llama y Valdemarín por Raymonda (A), 28m Toranzo por Obolo (A).

Arbitro: Javier Collado

Cancha: Central

Expulsado: ST: 16m Figueroa (A).

Ni siquiera el azar se anima a darle una mano a Central. Por al menos un par de horas, ayer los hinchas abandonaron las crónicas judiciales y las noticias que se producen por los desaguisados dirigenciales para ver un poco de fútbol. La tarde, fría y gris, parecía ser más inclemente aún cuando en 40 minutos Arsenal se anotó en el marcador con dos aciertos en la red. Como sucede en su vida institucional, Central se resistió, brindó lucha en el segundo tiempo, fue con decisión por la recuperación y generó claras situaciones de gol. Pero resultó que Cuenca sacó todas las que iban adentro y dejó pasar las que iban afuera. Hasta el travesaño, que devolvió un zurdazo del Kily, pareció conspirar con los auriazules.

La derrota podría formar parte del anecdotario derrotero institucional que encuentra al club cercado por la Justicia y condenado por su administración. Sería así si el equipo no hubiese reaccionado, como lo hizo, en los últimos 45 minutos. La primera parte en cambio, sí debe pasar al archivo estadístico. En ese lapso Arsenal, a pesar de que no contó con un preciso Raymonda, sacó ventajas en dos acciones singulares.

La visita, que en el historial sólo cayó una vez frente a Central, sorprendió a poco de inicio con una escapada por derecha de Figueroa, quien al llegar al área rival sacó un derechazo que se le coló entre las piernas a Alvarez. Luego aparecieron algunos tiros de Cristian González y Arrechea que carecieron de dirección.

Central no tenía conductor, ni jugador desequilibrante y menos alguna idea colectiva para armar algo ofensivo en campo rival. Andaba en ese desconcierto el canaya cuando en un tiro de esquina de Raymonda no pudo ser rechazado por la defensa y tras algunos rebotes surgió un derechazo de Sekagya para poner a la visita dos goles arriba.

En vez de quedar atrapado entre la angustia de sus hinchas y los gritos de reprobación que bajaban de las tribunas --menos donde estaban los barras-- hacia los dirigentes, Central profundizó su puesta agresiva y terminó jugando todo el segundo tiempo en campo de Arsenal. Llegó a posición de gol y tuvo situaciones muy claras. En algunos definió mal, en otras la pelota fue devuelta por el travesaño y en las más claras Cuenca se quedó con el grito local ofreciendo excelsas atajadas.

Aunque estaba dos goles abajo, Central estuvo cerca del empate. ¿Cómo es eso? Hagamos repaso de las jugadas: Belloso, que pensó que estaba en posición adelantada, quedó sólo frente al arco al recibir sobre la izquierda, definió el primer palo y Cuenca, con grandes reflejos, logró desviar al corner; Ríos remató alto al pisar el área grande; Cuenca despejó a un costado, en agónica acción, un cabezazo de Alemanno; el Kily sacó un centro al área chica para Arrechea, quien cabeceó a la carrera, encontrando también una mano oportuna del arquero; un remate cruzado del colombiano se perdió al lado del palo derecho; y Cristian González estrelló un tiro en el travesaño, ya sobre el final.

Algo andaba bien en Central. Quizá por eso Ischia metió un sólo cambio. Aunque para cambiar el presente de Central se necesita mucho más que la suerte que ayer faltó.